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Polémica racial en la prensa británica por el asesinato de un joven negro

Isabel Ferrer

La larga búsqueda de los culpables de la muerte de Stephen Lawrence, un joven británico de 18 años de ascendencia jamaicana, apuñalado en 1993 en pleno Londres, se ha convertido en el Reino Unido en el símbolo de los conflictos raciales imperantes y la falta de confianza de la comunidad negra en el sistema judicial. Después de dos juicios penales fallidos por falta de pruebas para sancionar a los cinco presuntos culpables, todos blancos, el jurado de un juzgado de primera instancia ha decidido que el chico murió a sus manos, " en un asalto racista no provocado". Su familia piensa reclamar civilmente en una acción similar a la ejercitada contra el ex futbolista O. J. Simpson en EE UU.Para el rotativo Daily Mail, no obstante, la identidad de los supuestos criminales está clara. En dos ediciones consecutivas, aparecidas el viernes y ayer sábado, ha desvelado sus rostros, nombres y apellidos llamándolos "asesinos". Tan insólita decisión ha provocado las iras del Colegio Británico de Abogados, que ha advertido de los peligros de juzgar a través de la prensa a personas que no han sido condenadas. La dirección del periódico, por el contrario, ha defendido su gesto invitando al quinteto a demandarla "si puede demostrar que no lo hicieron".

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