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La protesta popular en Albania degenera en violencia y pone en jaque al presidente Berisha

El Parlamento albanés debatía esta madrugada si declaraba el estado de excepción en Valona, tal como le pidió el Gobierno tras la muerte de dos personas en las protestas por la quiebra de varios bancos. Otro centenar resultaron heridas, según fuentes hospitalarias. Uno de los fallecidos lo fue por un ataque cardiaco durante una carga policial, como otro que pereció el domingo; el segundo murió por impacto de bala. Miles de personas exigieron por sexto día consecutivo al cada vez más cercado presidente Sali Berisha imdemnizaciones por la pérdida de sus ahorros.

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, Mediada la mañana de ayer, el hospital de Valona estaba saturado de heridos, muchos de ellos por piedras. Varios policías fueron cercados por la multitud, desnudados y arrojados sus uniformes a hogueras. En Tirana, a 140 kilómetros al norte, miembros del gobernante Partido Democrático se reunieron en el Parlamento para intentar calmar la situación, que empieza a tomar tintes preocupantes para el presidente. Al calor de la protesta, los jefes de la oposición socialista (ex comunista) se reunieron con sus aliados del Foro Democrático para exigir la dimisión de Berisha y la formación de un Gobierno provisional tecnocrático.Los incidentes de ayer en Valona comenzaron por la mañana, cuando la policía antidisturbios intentó impedir que grupos de manifestantes alcanzaran la plaza de la Independencia, en el centro de la ciudad. Un grupo airado de decenas de esos manifestantes acorraló a unos policías contra la fachada de un bar mientras desde una terraza contigua los uniformados recibían una lluvia de piedras y mobiliario sobre sus cabezas.El Gobierno, como lo había hecho anteriormente, acusa a "la extrema izquierda" de estar detrás de los incidentes. Albania es desde el 15 de enero escenario de una oleada de manifestaciones tras la quiebra de numerosas sociedades de ahorro piramidales, que prometían intereses de hasta el 100% mensual.

Numerosas familias albanesas tenían sus escasos ahorros en estos chiringuitos, muchos de cuyos dueños están muy próximos al partido gobernante. Albania es el país más pobre de Europa y la mayoría de los perjudicados había vendido incluso casa y pertenencias para invertir en un asunto claramente especulativo.

El Gobierno italiano lanzó ayer una iniciativa para "sensibilizar" a las instituciones crediticias internacionales y que ayuden a superar la emergencia financiera de Albania.

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