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El PSE quiere consensuar con Interior y el PNV un cambio en la política penitenciaria

Los socialistas vascos consideran "conveniente modificar la política penitenciaria" en relación con los presos de ETA y pretenden consensuar ese cambio con el Ministerio del Interior y, paralelamente, con el PNV. Sus dirigentes mantienen la tesis de que la polémica sobre el acercamiento de esos reclusos al País Vasco no es "un problema partidista", sino que afecta sobre todo a quienes tienen responsabilidades de gobierno tanto en Madrid como en Vitoria. Frente a lo que se sostiene en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco acerca de la virtualidad de que este foro diseñe un plan de acercamiento de los presos etarras a sus lugares de origen, el PSE-EE considera que "el tema no se resolverá nunca en ella", pero que tampoco se avanzará en su solución con la actual política penitenciaria.

El secretario general de los socialistas vizcaínos, Nicolás Redondo Terreros, ha indicado gráficamente que "sin Jaime Mayor Oreja no se puede hacer nada porque hay que consensuar con quien tiene la facultad de definir la política penitenciaria".

No es que el PSE-EE descarte otro tipo de consensos más amplios, pero intuye que en el asunto penitenciario se impone una vía que pueda acoplar al PNV, metido de lleno ahora en la promovida por la Comisión de Derechos Humanos, con una estrategia más avanzada que la que Mayor Oreja publicita en estos momentos.

Interior estaría dispuesto a aproximar posiciones y no se descarta que se plasme en la realidad uno de los gestos pedidos desde el pasado verano por el PNV al Gobierno: el traslado a la Península de los presos que se hallan en las islas o en Ceuta y Melilla.

El PSE-EE aprovechará la Conferencia organizada por su ejecutiva para el próximo viernes para plasmar en un documento las reflexiones que durante los últimos anos se han ido trasladando a la opinión pública o a la propia dirección del partido sobre la violencia.

Los socialistas debatirán en la mañana de ese día en tomo al reparto del trabajo y por la tarde los secretarios provinciales y su presidente, José María Benegas, reflexionarán sobre la pacificación. El texto será hecho público coincidiendo con la llegada a Bilbao del secretario general del PSOE, Felipe González, para clausurar la mencionada asamblea.

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"Falsa paz"

Mientras tanto, dirigentes del PP, el PSE-EE e Izquierda Unida criticaron ayer la vía Ollora y censuraron la apuesta del dirigente peneuvista de ir incluso más allá de la legitimidad democrática si con ello se consigue definitivamente la paz. El coordinador de IU en el País Vasco, Javier Madrazo, manifestó que la quiebra de los principios democráticos en la negociación con ETA sólo conduciría a una "falsa paz", aunque defendió el derecho de Juan María Ollora a la reflexión sobre la violencia frente a los que apuestan por el inmovilismo.

Jaime Ignacio del Burgo, portavoz del grupo parlamentario popular, descalificó la tesis de Ollora y criticó al PNV por "ir a su aire" en un tema que requiere el consenso de todos los partidos democráticos. "En la medida que quiebra la unidad de todos los demócratas, es una postura negativa", aseguró Del Burgo, que dijo tener la sensación de que lo que Ollora quiere es "una rendición ante ETA, que se reconozca el derecho de autodeterminación y la soberanía de Euskadi". "A partir de ahí, tras el triunfo político de la banda terrorista, lo único que tendríamos que negociar con ETA sería la entrega de las armas", agregó.

A su vez, Redondo Terreros también subrayó el "coraje de Ollora y su valentía intelectual", pero descartó su idea de que, en función de la consecución de la paz se pueda echar por la borda "la legitimidad democrática".

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