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Rebelión familiar contra Netanyahu

El cuñado del primer ministro de Israel le acusa de traición y se une a los ultranacionalistas de Hebrón.

¿Quién dijo que Benjamín Netanyahu cuenta con el apoyo y la simpatía absoluta de los judíos ultraderechistas? El primer ministro de Israel, electo en mayo, constató ayer que no todos sus correligionarios le siguen y que la solidaridad política no comienza forzosamente por casa. Acusándolo de traicionar la causa de los judíos de Hebrón, su cuñado Hagai Ben Artzi provocó ayer un vendaval sin precedentes al renunciar al Likud y decir que Netanyau ha decepcionado al pueblo judío porque va a "entregar Hebrón a los árabes".Ben Artzi era ayer el héroe del momento entre los 450 colonos judíos atrincherados en el corazón de la ciudad cisjordana que se ha convertido en emblema de la disputa más, espinosa. "Le daremos una cordial bienvenida", decía una colona judía del minúsculo asentamiento de Beit Hadasa, no lejos del edificio de Nuestro Padre Abraham, donde Ben Artzi piensa instalarse con su familia para alentar el movimiento que se opone vehemente y violentamente a la aplicación de los acuerdos de Oslo que Israel firmó con los palestinos hace tres años.

La clamorosa deserción de Ben Artzi ya ha elevado el ánimo belicoso de los colonos. Ayer, mientras se esperaba su llegada, dos jóvenes judíos dispararon ráfagas de ametralladora contra varias casas de palestinos en el centro Hebrón. "Los árabes nos arrojaban piedras", se justificó uno de los colonos.

El despacho de Netanyahu se abstuvo de hacer comentarios en torno a la deserción de su cuñado, quizás para no alterar la política de silencio que el primer ministro ha impuesto desde que su familia comenzó a hacer titulares. Su esposa Sara, hermana menor de Ben Artzi, se ha visto involucrada en el escándalo de las niñeras, después de que dos de sus empleadas domésticas la acusaran de malos tratos. Hace menos de un mes, Sara volvió a atraer la atención de los israelíes cuando su ex marido amenazó con publicar un libro contando sus experiencias.

Claramente, la decisión de Ben Artzi entraña un fuerte riesgo político, porque da un ejemplo del descontento que existe entre los sectores más radicalizados de la derecha religiosa mientras Israel y los palestinos discuten el repliegue Parcial de las tropas de Hebrón. El cuñado de Bibi declaró al diario Maariv que ese "nefasto proyecto no tiene parangón" y que su objetivo es "frustrar ese acto de traición que el Gobierno está a punto de perpetrar en Hebrón".

Pero si los colonos han hallado en Ben Artzi un vehemente abogado de su causa, los esfuerzos propagandísticos de éstos han quedado algo alicaídos tras la impresionante demostración de admiración hacia los ideales pacifistas del primer ministro Isaac Rabin en el primer aniversario de su asesinato a manos de un extremista judío.

El sábado por la noche millares de israelíes formaron una cadena humana de cinco kilómetros de largo, desde el centro de Jerusalén hasta la tumba de Isaac Rabin, para rendir homenaje al hombre que, junto con Simón Peres y el presidente palestino, Yasir Arafat, se comprometieron a eliminar las causas de la violencia en Oriente Próximo. Organizada por el grupo Paz Ahora, la manifestación culminó frente al despacho de Benjamín Netanyahu, Bibi, donde algunos corearon estribillos como "Bibi, vete a casa. Ya no te queremos".

Netanyahu debe decidir en las próximas horas qué paso dar para impedir el colapso de las negociaciones sobre Hebrón, que el diplomático estadounidense Dennis Ross trata de sacar adelante desde hace 20 días. Yasir Arafat, que inicia hoy una gira por Europa, está cada día más, pesimista. "La brecha no varía", declaró hace dos días.

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