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El Gobierno aprueba unos Presupuestos que recortan en mas del 7% la inversión pública

El Gobierno aprobó ayer los Presupuestos Generales del Estado para 1997, que serán decisivos para que España forme parte de la moneda única. El déficit público se reducirá en 600.000 millones de pesetas, gracias a la congelación del sueldo de los funcionarios, un recorte del 9,8% en los gastos corrientes y otro del 7,3% en la inversión pública. Por el lado de los ingresos, se implanta un impuesto del 4% en los seguros privados de riesgo y aumentan del 20% al 25% los pagos a cuenta de las grandes empresas. En conjunto, los gastos crecerán el 1,7%, los ingresos un 5,9% y el déficit del Estado se sitúa en poco más de dos billones (18 billones de gastos y 16 de ingresos). El Gobierno confía en que la economía crezca el año que viene un 5,9% nominal (3% sin inflación) por la recuperación del consumo y, sobre todo, de la inversión, lo que permitirá reducir los parados en 143.000.

El presupuesto presentado ayer revela las dificultades con que se ha enfrentado el Gobierno para que las cifras cuadren. Los sacrificios están claros, pero no sus consecuencias. En la inversión pública, por ejemplo, el recorte previsto es del 7,3% sobre una cifra que en 1996 rondará el billón de pesetas. No obstante, se quiere que el 15% de toda la partida correspondiente a 1997 sea financiada por la iniciativa privada. Fuentes de Economía y del sector privado reconocen que los mecanismos de cofinanciación de las infraestructuras son complejos y tardan en ponerse en marcha.Pese a este recorte, el Gobierno fundamenta su previsión de crecimiento económico para 1997, sobre todo, en el aumento de la inversión privada (6,5% frente al 3,1% esperado para este año). Confía en que el descenso de los tipos de interés que propiciará un presupuesto "tan restrictivo" como el presentado ayer, junto al aumento del consumo (2,7% frente al 2,1 % esperado para este año) y la creación de empleo (237.700 nuevos empleos) permitirán esa recuperación de la inversión privada.

Sin embargo, la inversión privada tendría que superar su fuerte dependencia de la pública, sobre todo en construcción e infraestructuras, así como una tendencia, a la baja de los beneficios empresariales experimentada ya en 1996. El consumo, por su parte, se enfrentará con una congelación de sueldos que afectará a más de dos millones de empleados públicos -de todas las Administraciones y de las empresas públicas con pérdidas- y a las continuas llamadas a la moderación de los salarios del sector privado para que no superen el 2,5% de aumento (la inflación prevista es el 2,60/6).

Que la estimación de crecimiento económico se haya situado, pese a todo, en el 5,9% (3% en términos reales frente al 2,3% esperado para 1996) permite a su vez presentar una cifra de aumento de los ingresos públicos, del 5,9% (16,090 billones de pesetas), lo que exige un incremento de los gastos del 1,7% (18,099 billones) para conseguir un déficit de poco más de dos billones de pesetas (600.000 millones menos que en 1996) y desembocar en la seguridad de que España cumplirá los requisitos de Maastricht.Culpa al PSOE

Conseguir que los ingresos crezcan ese 5,9%, prácticamente igual que la economía, presenta también algunos claroscuros. Como punto de partida, se estima que a finales de 1996 los ingresos serán inferiores en unos 200.000 millones respecto de lo previsto por el anterior Gobierno del PSOE. La recaudación por el impuesto de sociedades bajará en unos 130.000 millones de pesetas el año próximo por la reforma impulsada también por el anterior Gobierno. Además, se deflactará la tabla de retenciones y la tarifa del impuesto sobre la renta (los tramos se incrementan un 2,6% pero se mantienen los tipos) y no habrá una nueva subida ni una actualización de los impuestos especiales (salvo para la gasolina sin plomo de menos de 98 octanos).

Para compensar estos efectos -la presión fiscal sólo bajará tres décimas en 1977- el Gobierno decidió ayer atornillar a las empresas con una subida, de los pagos a cuenta que cada año hacen sobre el impuesto de sociedades que deberán liquidar en el ejercicio siguiente. Los pagos a cuenta se elevan del 20% al 25% para las que facturan más de 1.000 millones de pesetas. Para el resto, las opciones son dos. Las empresas que hagan estos pagos sobre los beneficios reales obtenidos un año antes (en este caso serían los de 1996) y facturen menos de 1.000 millones el porcentaje sube del 15% actual al 18% .Para las que opten por atenerse a la estimación del ejercicio en curso (1997), sube del 20% al 25%. Con ello el Gobierno quiere obtener 100.000 millones de pesetas por adelantado en 1997 aunque después deberá saldar cuentas en 1998 y aumentar las devoluciones.

El presidente del Gobierno, José María Aznar dijo ayer en Sevilla que este presupuesto "exige un esfuerzo importante" y que mantiene los compromisos del PP en prestaciones sociales. También defendió el acuerdo alcanzado sobre financiación autonómica y confió en que "al final" las tres comunidades que votaron en contra (Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha) acaben incorporándose. En contra del criterio de los socialistas, Aznar aseguró que el nuevo modelo es más solidario.

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