Renuncia del abad de Guadalupe tras la polémica sobre la Virgen

Guillermo Schulenburg, abad de la Basílica mexicana de Guadalupe, que hace cuatro meses desató una tormenta nacional al poner en entredicho la aparición de la Virgen, hizo pública el viernes su renuncia al cargo que ha ocupado durante 33 años. La administración del principal templo de peregrinación del país, situado en la Ciudad de México, pasará ahora a manos del arzobispo capitalino, Norberto Rivera. La Arquidiócesis gana así, con el escándalo, la sorda lucha surgida por el control de la Basílica, que el abad, de 80 años, quería convertir en diócesis independiente.El arzobispo Rivera cubrió el anuncio oficial con un manto de armonía, sin explicar los motivos, de la renuncia del abad, cuyo cargo era, por decisión del Papa Juan XXIII, vitalicio. En realidad no hacía falta. Una vieja entrevista de Schulenburg, rescatada oportunamente en mayo por la revista conservadora italiana 30 Giorni, lo había puesto en el disparadero del retiro.

En ella el abad, que fue calificado de "hereje", cuestionaba la autenticidad histórica de la aparición de la Virgen al indio Juan Diego en el monte Tepeyac en 1531 y destacaba que, por encima de ese episodio, "lo milagroso era la fe en María".