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El primer ministro israelí aprovecha su viaje a Jordania para ofrecer a Siria un acuerdo de paz

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, eligió ayer su primera visita oficial a Jordania para anunciar que ha formulado una propuesta concreta al Gobierno de Siria para reanudar conversaciones de paz. "Estamos a la espera de una respuesta" declaró el líder derechista israelí, cuya ansiedad por mostrarse conciliatorio con sirios y libaneses no parece haber impresionado ni a Damasco ni a Beirut. Netanyahu, que viajó en helicóptero hasta el palacio del rey Hussein, en una de las colinas de Ammán, llevó a Jordania una serie de proyectos económicos con el objetivo de tratar de infundir vida al tratado de paz firmado entre el Estado hebreo y el reino jordano en 1994.

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Pero detrás del énfasis asignado al tema de la cooperación económica yacía el interés israelí por explorar medios capaces de sacar del estancamiento las cruciales negociaciones con Siria."De nuestra parte existe disposición para reanudar los contactos de paz con Siria. Creo que el tema de la sede [para esas conversaciones] es menos importante. Estoy ciertamente dispuesto a ser flexible en este punto. El viernes hicimos una propuesta con la mediación del Gobierno de Estados Unidos. Estamos a la espera de una respuesta", reveló Netanyahu a los periodistas que le acompañaron en el trayecto de retorno a Jerusalén.

El Gobierno del presidente sirio, Hafez el Asad, no se pronunció inmediatamente al respecto. Fuentes próximas a la cancillería de Damasco reafirmaron que toda propuesta que no descanse sobre el principio de "territorios a cambio de paz" -en el caso de Siria la devolución de los Altos del Golán capturados por Israel en 1967- está condenada al fracaso.

Aunque el contenido exacto de la propuesta israelí permanece en secreto, observadores locales se inclinan a pensar que ésta contiene una oferta detallada de un repliegue de las tropas israelíes que ocupan el sur de Líbano. Netanyahu, que ha hecho flotar la fórmula de "Líbano, primero" -un repliegue israelí como acicate para atraer a Siria a la mesa de negociaciones-, no parece haber conseguido despertar interés alguno entre sus dos vecinos a pesar de sus reiteradas afirmaciones de que Israel no tiene ambiciones territoriales sobre el Líbano. Tanto Damasco como Beirut consideran esa iniciativa como un ardid para erosionar la alianza entre Líbano y Siria.

Ayer, la inesperada visita del presidente libanés Elías Haraui a Damasco, donde se entrevistó a puerta cerrada con el presidente Asad, añadió indicios de que la coordinación sirio-libanesa se mantiene firme y que, por lo tanto, resultaría ilusorio pensar en el éxito del planteamiento israelí.

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Con todo, Netanyahu se muestra evidentemente optimista. Dijo que se sentía alentado por la postura que está adoptan do Damasco, especialmente por las palabras que Asad supuestamente dirigió al rey Hussein durante su reciente visita de reconciliación a Siria. "Lo que he oído del rey Hussein en torno a su viaje a Damasco demuestra que el presidente Asad tiene la intención de seguir buscando la paz con el actual Gobierno de Israel", declaró.Lo que convirtió el viaje de Netanyahu a Jordania en algo más que una mera formalidad y un gesto de buena voluntad fue una alusión al deseo de solucionar todos los problemas de Israel con sus vecinos, incluyendo la espinosa cuestión del Golán. Al abrir veladamente la posibilidad de discusión sobre el Golán, Netanyahu se arriesga a desatar la furia de los sectores más recalcitrantes de su Gobierno, que han jurado mantener la estratégica meseta en manos israelíes para siempre.

"Líbano, primero"

El primer ministro israelí optó por mantener esa opción en el terreno de la ambigüedad, volcando más bien toda su atención a los dividendos que, según el Gobierno israelí, produciría un acuerdo en torno a la fórmula "Líbano, primero". "Ése sería un buen comienzo", dijo, al tiempo que hacía notar que la violencia en el sur de Líbano ha ido consistentemente en aumento con la intensificación de actividades guerrilleras del proiraní Hezbolá, o Partido de Dios, y otras organizaciones apoyadas por Siria que libran desde hace años una lucha a muerte contra la ocupación israelí. "Buscamos una solución a este problema. Si hallamos un acuerdo en este punto, podría marcar el inicio de la construcción de una relación de confianza y estabilidad entre Israel y Siria que podría servir de base para discutir otros asuntos pendientes", afirmó.

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