El caballito de mar está en peligro
El kilo de caballitos de mar (Hippocampus hippocampus) valía la pasada semana en el mercado de Hong Kong 160.000 pesetas. Su comercio es legal, pero en 1995, más de 20 millones de estas criaturas fueron exportadas al mundo entero. Celebrados en la antigüedad por sus supuestas propiedades curativas, su pesca aumenta ahora en un 10% anual y amenaza ya la supervivencia de la especie, según la zoóloga Amanda Vincent, de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
Estudiados por la peculiar incubación de las huevas, portadas por el macho en una bolsa ventral durante la época de cría, el caballo de mar evolucionó hace unos 40 millones de años. Su morfología particular, con unas mandíbulas alargadas y placas óseas dérmicas distribuidas por todo el cuerpo, lo han convertido también en un preciado recuerdo turístico.
Vincent trabaja en Filipinas y Vietnam y ha pasado tres años investigando la azarosa vida de este miembro de la familia de los singnátidos, con 35 especies catalogadas. Dos de las colonias por ella observadas se han reducido ya en un 50% en los últimos cinco años. Su cultivo, incluso en mar abierto, tampoco será fácil. Los caballitos de mar se emparejan para siempre. Si uno desaparece, el otro ya no cría nunca más. En los acuarios no han logrado sobrevivir más de dos meses y apenas se reproducen. Un reciente proyecto de Vincent consiste en introducir al macho embarazado en cestas de malla fina de manera que cuando las crías son liberadas, abandonan el encierro dado su minúsculo tamaño. El progenitor, liberado luego al mar, puede caer en manos de los pescadores, pero sus descendientes se salvan.
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