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40% de las viviendas que levanta el Ivima están paradas por problemas burocráticos

José Manuel Romero

La principal batalla política entre PSOE y PP se libra estos días en el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima). Este organismo, que se encarga de construir pisos para los más pobres y de reparar las casas más viejas, camina a trompicones. Los actuales gestores, del PP, reconocen que de las 87 obras que el Ivima tiene en la región hay 33 paradas (casi un 40%) por problemas técnicos y burocráticos. "La herencia socialista fue muy mala; hacían las cosas sin respetar la ley. Ahora nosotros tenemos que ordenar todo", explica Luis Eduardo Cortés, consejero de Obras Públicas.

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El diputado Juan Antonio Ruiz (PSOE) le contesta con dureza: "Es increíble que nueve meses después de que el PP tomara el mando del Ivima, sigan justificando el parón en problemas heredados de tipo administrativo".En la UVA de Hortaleza, un barrio de 1.104 chiribitiles construido en 1964, de los árboles cuelgan pancartas que anuncian guerra: "Basta de mentiras y promesas incumplidas", "Franch no cumple el plan de etapas". Juan José Franch es el gerente del Ivima. En el último pleno de la Asamblea de Madrid recibió sin pestañear las embestidas de los vecinos.

Ya no soportan la lentitud de la Administración. "En mayo del año pasado acabaron un bloque de 36 viviendas para realojar a otras tantas familias y derribar sus casas viejas. Las familias tienen las maletas hechas, pero el tren no sale", se queja Julián Cuesta, presidente de una de las tres asociaciones que administran el malestar de todo el barrio. "Nos dijeron que eran casas para cinco años y ya llevamos 32", añade Cuesta.

El barrio es un bosque aplastado de viviendas con 40 metros cuadrados útiles, la mayoría protegidas por rejas. Pasillos estrechos y múltiples es caleras complican el paseo por esta urbanización llena de achaques y con la mitad de sus locales comerciales cerrados. "Las tiendas no tienen lavabo, tenemos que compartir uno colectivo en cada corredor", se queja la presidenta de la asociación de comerciantes. Las obras nuevas que comenzaron -una calle y un edificio de vi viendas- están empantanadas. Ni un solo obrero pasea por estas calles. La desesperación se ha instalado en las calles.

El anterior Gobierno regional, del PSOE, firmó en 1991 con los residentes de la UVA de Hortaleza un compromiso para realojar a todas las familias en nuevos edificios. Cuatro años después se habían acabado tan sólo 36 viviendas, pero ninguna estaba ocupada, y se habían iniciado otras 100.

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Antes de que los socialistas dejaran el poder, en julio de 1995, acertaron a redactar un documento con el plan de construcción por etapas de la nueva UVA de Hortaleza, que concluía en el año 2003. Para esa fecha, todos los vecinos habrían abandonado sus pisitos viejos y deteriorados. Problemas presupuestarios han aconsejado aplazar las obras hasta enero de 1997. "Pero se harán", dice Franch.

La entrega de llaves de las 36 viviendas ya terminadas se producirá en los próximos días, anuncia el gerente del Ivima. El bloque de 100 casas sigue empantanado. Los vecinos han pedido un aseo más, el Ivima no acepta incrementar los costes para satisfacerles.

En la calle de Sánchez Preciado, uno de los bloques del grupo San Nicolás ha embarrancado. La reparación está pendiente porque la empresa constructora, Reyfra, abandonó las obras. Los socialistas apuntan un motivo: "El Ivima no paga, por eso se han parado los trabajos", explica Ruiz. El consejero de Obras Públicas tiene otra opinión: "Nos presentaron una factura por 25 millones de pesetas y nosotros les pedimos la licencia de obras, que vale 22,5 millones y que tendrían que haber abonado. No la presentaron y por eso retuvimos el pago. Tememos que la constructora haya abandonado la obra porque se encuentra en suspensión de pagos".

El panorama en La Ventilla (Tetuán) todavía es más complejo. Aquí hay 202 viviendas terminadas pendientes de adjudicación. "En nueve meses no han conseguido hacer algo tan fácil como entregar las llaves", dice el socialista Ruiz. Franch se defiende: "Nos dejaron las viviendas con múltiples problemas administrativos que hemos tenido que ir resolviendo poco a poco". En breve se sortearán los pisos para su entrega.

Cuatro bloques con 611 viviendas aparecen levantados en la avenida de Asturias, cuyas obras de urbanización están pendientes. En la visita de los socialistas, apenas contaron una decena de obreros en la zona. "Es impresentable", apuntó Ruiz. El Ivima se ha comprometido a sacar en los próximos días el concurso para la Urbanización de esa avenida. Hasta que no concluyan estos trabajos, las 611 casas seguirán desocupadas.

Los vecinos de La Ventilla, como los de la UVA de Hortaleza, se rebelan contra la lentitud. Los gestores públicos les contaron que las 2.400 familias que habitan infraviviendas serían realojadas en 1987. Nueve años después, aún quedan 1.400 pendientes.

"Nefasta gestión"

El PSOE estima que la "nefasta" gestión del Ivima ha dejado empantanadas obras por toda la región que afectan a 8.000 viviendas. Los barrios afectados son La Ventilla, Hortaleza, Orcasur, Palomeras, Vallecas, San Blas, Comillas, Carabanchel, Moncloa. En Aranjuez y Chinchón también hay problemas.Sin embargo, el PP remitió una lista de obras en ejecución a este periódico donde figuran muchas de las promociones que, según el PSOE, están paradas. Así, mientras estos aseguran que la reparación de viviendas en la urbanización de Las Moreras (Aranjuez) están paralizadas, el gerente anuncia que a finales de mes estarán terminados los trabajos en el interior de las casas. El PSOE mantiene su crítica: "Las prioridades del PP no pasan por los barrios más desfavorecidos".

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