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El Gobierno francés, alarmado por las facilidades de ETA para crear un 'santuario' en Bretaña

Enric González

La policía francesa seguirá persiguiendo a los etarras ocultos en Bretaña, a pesar de la solidaridad que éstos han encontrado en amplios sectores de la sociedad bretona. El ministro del Interior, Jean-Louis Debré, alarmado por la situación, ha tenido que escribir a todos los parlamentarios bretones, irritados por las actuaciones policiales, para explicarles qué es ETA y por qué se detiene a los ciudadanos franceses que acogen a sus miembros. "ETA ha sabido crear redes muy sólidas en Bretaña. Pero, como quedó demostrado con los juicios del pasado noviembre, estamos decididos a acabar con ellas", afirma Patrick Riou, coordinador de la lucha contra ETA en la policía francesa.

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"Los grandes refugios de ETA en el País Vasco francés desaparecieron hacia 1984, en parte por la actuación de los GAL, pero en mayor medida por las medidas administrativas adoptadas por el Gobierno francés", señala Riou. Con las extradiciones, expulsiones, asignaciones de residencia y órdenes de dispersión hacia distintas zonas de Francia, parte del mundillo de ETA se desplazó a Bretaña."Fue la propia Prefectura de Bayona la que en 1994 nos pidió que buscáramos alojamiento a grupos de ciudadanos vascos", señala Michel Herjean, secretario de la organización nacionalista Skoazell Vreizh (Socorro Bretón, que tiene un centenar de militantes). Herjean, un cincuentón amable y vital, cree como muchos bretones que "albergar a los refugiados vascos es un deber de hospitalidad" y que "entre ellos puede haber terroristas, pero hay muchos que son simples insumisos, o familiares de miembros de ETA a los que acosa la policía española, o antiguos activistas. que quieren empezar una nueva vida".

"Nosotros no exigimos antecedentes penales a quien pide nuestra ayuda", añade Herjean, quien recuerda a los GAL y los casos de tortura en España denunciados por el Consejo de Europa para justificar su ayuda a los "refugiados vascos". "No estamos en contra de que se detenga a los terroristas, sino que nos oponemos a la represión indiscriminada", dice.

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"ETA fue muy hábil al crear sus bases en Bretaña. Se encargó de ello el dirigente Faustino Estanislao Villanueva Herrera Txúpu. Este supo jugar muy bien con la ingenuidad de los bretones, bastantes de los cuales siguen recordando la dictadura de Franco y creen que en España no hay libertades y que la policía tortura sistemáticamente a los vascos", afirma Riou. "ETA ha tenido la inteligencia de no cometer actos violentos en Francia, por lo que aquí es percibida de forma distinta a como sela ve en España", agrega el alto funcionario de Interior.

El primer golpe

El primer gran golpe contra las redes bretonas se produjo en 1992, a raíz de la detención del tesorero de ETA, Sabino Euba, Pelopintxo, cuando dejaba su refugio en Bretaña para intentar llegar a México. La policía efectuó cientos de detenciones que desembocaron en el juicio de noviembre de 1995: 81 procesados, la mitad franceses y la otra mitad españoles, entre ellos una veintena de presuntos miembros de ETA, de los que 71 fueron condenados por delitos relacionados con el terrorismo. La mayoría de las penas fueron leves y quedaron en suspenso. "Aquella operación no bastó, así que retomamos los arrestos a partir de noviembre pasado", señala Riou. Desde ese mes han sido detenidas 32 personas, entre ellas siete ciudadanos españoles. De las 32, 18 permanecen en prisión a la espera de juicio. "Dentro de esas últimas operaciones en Bretaña hemos detenido a Ignacio Etxebarri Martín, Mortadelo, y al comando de Alvaro Arri Pascual, Munipa, con tres españoles armados que habían asaltado un almacén de explosivos cerca de Rennes y estaban en relación con el comando Araba", explica el comisario.

Rioti reconoce, sin embargo, que las operaciones policiales "han enturbiado el ambiente en Bretaña". Especialmente porque entre los bretones detenidos figuran concejales, profesores, dentistas, agricultores, pacifistas, gente muy popular en su comunidad y a la que no se identifica con la violencia. Los políticos locales han reaccionado con indignación. Un amplio grupo de cargos públicos y organizaciones dirigió, el pasado 27 de febrero, una carta al primer ministro, Alain Juppé, en la que lamentaba la detención, desde 1992, de más de 200 personas honorablemente conocidas en medios culturales y políticos" y añadía que las actuaciones policiales debían "desarrollarse de forma distinta, en el respeto a las personas que acogen y al derecho de asilo". Para algunos, como Loïc Philippon, concejal independiente de Quimper, "Bretaña se ha convertido en el laboratorio de las nuevas leyes contra los extranjeros y contra quienes les ayudan". Para otros, como Michel Herjean, el secretario de Skoazell Vreizh, la policía aprovecha la presencia de los vascos para reprimir todo lo que huela a nacionalismo bretón". "Los excesos policiales", sigue Heijean, "están abriendo una brecha de incomprensión entre París y Bretaña, y creo que la presión de los políticos locales y el temor de los partidos políticos a perder votos bretones van a hacer que termine este acoso".

El Ministerio del Interior no parece dispuesto a cejar. El ministro, Jean Louis Debré, ha enviado a todos los diputados bretones una explicación sobre qué es ETA, por qué se persigue a sus miembros y cuáles son las libertades públicas en España. También ha ordenado a los prefectos (similares a los gobernadores civiles españoles) de Bretaña que inicien una 1,campaña de información" para "acabar con los malentendidos".

"La vía para detener a los terroristas es actuar contra ese segundo círculo que les protege", afirma el coordinador francés de la lucha contra ETA. "La represión es la mejor prevención, y muchos bretones empiezan a darse cuenta de que albergar terroristas es peligroso, porque uno acaba en la cárcel", agrega Riou.

Riou considera que ETA es débil desde la captura de su cúpula en Bidart en 1992. "Son más débiles, pero quizá más peligrosos. Sus jefes", afirma, "son auténticos profesionales de la clandestinidad, están más ocultos que nunca y no se concentran en Bretaña. Para dar un nuevo golpe a ETA hace falta trabajo y suerte. El trabajo lo estamos haciendo: como promedio, cada año son detenidos por pertenencia o colaboración con ETA unos 30 españoles y unos 60 franceses; actualmente hay más de 70 presuntos etarras en las cárceles de Francia. La suerte tiene que llegar un día u otro", concluye.

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