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Antonio Sainz llevaba arma por la amenaza de muerte de una mafia

Jan Martínez Ahrens

, La absolución de Antonio Sainz Rebollo, de 69 años, cónsul de Bolivia y padre del bicampeón mundial de rallies Carlos Sainz, desató ayer la "indignación" de SOS Racismo, personada como acusación en el proceso. Esta asociación calificó de "rotundo desprecio a la vida" la decisión de la Audiencia de Madrid de revocar la sentencia que condenaba a Sainz por la muerte, el 5 de febrero de, 1994, de un tironero nigeriano tras un disparo que rebotó contra una terraza. Esa noche, Sainz llevaba el arma por las amenazas de muerte que le lanzó una mafia de falsificadores a la que había denunciado.

La denuncia por las amenazas de muerte -que han seguido en 1995- figura en el sumario judicial. El caso se remonta a principios de los noventa, cuando Sainz, como cónsul de Bolivia, descubrió y denunció una red de falsificadores de pasaportes. La investigación policial, que incluyó escuchas, desembocó en la detención de los supuestos miembros de la red. Ahí nacieron las primeras amenazas.La Brigada Provincial de Extranjería aconsejó entonces a Sainz que se armase y que siguiese ciertas medidas de seguridad -como evitar los horarios fijos y la repetición de itinerarios- Las amenazas de muerte, sin embargo, no cejaron. De hecho, muchos de los documentos falsos vendidos por la mafia siguen en circulación, lo que aún provoca la intervención policial cuando sus compradores acuden al consulado para solicitar cualquier trámite, según fuentes próximas al caso.

Esta situación fue la que impulsó al cónsul a ir armado aquella noche en la que su mujer fue asaltada en la calle de O'Donnell por Samuel Chiabuto, nigeriano de 27 años. Durante la persecución, Sainz efectuó tres disparos al aire. El segundo tiro rebotó contra una terraza y un cartel luminoso, se fragmentó y un trozo impactó en la cabeza del tironero, que huía con el bolso de la esposa de Sainz. El nigeriano murió.

Seis meses y un día

Tras un accidentado proceso, Sainz fue condenado en junio pasado a seis meses y un día de cárcel por un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte. Esta semana, la Audiencia de Madrid, en un fallo contra el que no cabe apelación, revocó la condena al considerar los hechos un caso fortuito. "La muerte fue resultado del azar, fue algo realmente lamentable, que ha dolido en lo más hondo a don Antonio Sainz", comentó ayer el abogado defensor, Gonzalo Rodríguez Mourullo. "Esta sentencia absolutoria viene a dar por bueno que la comisión de un pequeño delito pueda ser pagada con la muerte de quien lo comete y viene a justificar el uso de armas de fuego de particulares como forma normal de defensa ante una leve agresión", afirmó SOS Racismo en un comunicado. "La sentencia se funda exclusivamente en aquellos aspectos que pudieran beneficiar a Sainz, incluido algo tan subjetivo como su 'sentimiento de pesadumbre', obviando un hecho tan grave como es la consecuencia de su acción", añadió SOS Racismo.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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