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González: "Es aberrante que en política no se aplique la presunción de inocencia"

"El Gobierno no ha cometido ilegalidad alguna en relación con la lucha antiterrorista", reiteró ayer Felipe González tras advertir que es "un retroceso histórico aberrante" sostener que "la presunción de inocencia", un derecho fundamental, "no se aplica al ámbito político, donde, al parecer, sólo rige el principio de presunción de culpabilidad". "El señor Damborenea tendrá, pues, que probar sus imputaciones en los tribunales", enfatizó, ante los que siempre estaría dispuesto a comparecer, dijo, si el Supremo solicitase el suplicatorio.

"No intento demostrar mi inocencia", matizó González al comienzo de su intervención ante la Cámara, "porque para eso están la Constitución, las leyes y el poder judicial, que permitirán restablecer la verdad y castigar a los calumniadores". "Mi propósito es exponer lo que significan tales declaraciones en un contexto de crispación e incluso de pérdida del sentido común que caracterizan hoy la situación política-española", prosiguió.De inmediato, González rebatió las tres acusaciones básicas del que fuera secretario general de los socialistas vizcaínos. "Dice [Damborenea] haber discutido conmigo una estrategia de guerra sucia en la lucha antiterrorista: es rotundamente falso. Dice que se adoptó para forzar que Francia cooperara: es manifiestamente falso. Dice que el señor Marey fue secuestrado para tratar de salvar la- vida del señor Martín Barrios, capitán de Farmacia: también es manifiestamente falso", planteó.En relación con la primera imputación, González concretó que en 1983 no se reunió con Damborenea "en ninguna ocasión" y que en 1984, "cuando ya los GAL habían iniciado sus actividades ilegales", lo hizo "en cuatro", pero por motivos que nada tenían que ver con la lucha antiterrorista. Respecto a la segunda, que "la actitud" de Francia cambió "radicalmente" tras entrevistarse con François Mitterrand en diciembre de 1983 y que, así, en 1984 ese país expulsó ya a dirigentes etarras y se produjeron las primeras extradiciones: "¿Tiene alguna lógica poner en peligro esta cooperación con acciones ilegales en su territorio? No. Por eso Mitterrand ha dicho hace pocos meses que el Gobierno español nunca estuvo en una lucha ilegal contra ETA". Con referencia a la tercera, recordó que el secuestro de Marey fue el 4 de diciembre de 1983 y que el cadáver de Martín Barrios había aparecido el 19 de octubre tras ser asesinado el 18."Un paso más"

Luego de puntualizar que son "los jueces" los que deben "establecer la verdad sobre las imputaciones calumniosas", González pidió que reflexionen quienes le reclaman explicaciones a él y no pruebas a Damborenea: "Nadie está obligado a probar su inocencia. Produce inquietud tener que recordar estos extremos, la piedra angular del Estado democrático de Derecho. Pero es tal la atmósfera política que es imprescindible hacerlo".

¿Por qué hay sectores que. conceden fiabilidad a Damborenea, a quien negó lo que hoy afirma y se confiesa autor de un delito?", se preguntó González: "Es un paso más de una estrategia para desplazar a un Gobierno elegido por las urnas". '., Autoinculpándose y acusando al presidente", prosiguió, "[Damborenea] trata de conseguir una amnistía o una ley de punto final que le salve. Pero mientras yo tenga responsabilidades de Gobierno, no las habrá. Y ello es extensible a todos los socialistas. Nunca apoyaremos esto"."El Gobierno tiene clara su, conducta: colaborar con la investigación judicial, respetar las decisiones de los tribunales y defender que se condene a los culpables. Todo ello exige respetar los tiempos judiciales, que no son los políticos por mucho que esto moleste a algunos", advirtió González antes de referirse al hecho de que el Tribunal Supremo haya fallado que no hubo delito en la detención del ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán ni en el caso Crillon, una investigación sobre el entonces presidente de Banesto Mario Conde. "¿Recuerdan las barbaridades que dijeron? ¿Van a rectificar? ¿No creen que la ética política les obliga a ello?", espetó a los diputados populares."Los que creemos en la democracia y sus reglas", indicó González, "no podemos aceptar que los tiempos políticos los marquen los delincuentes confesos.Tenemos que recuperar el espacio público y político para los demócratas; la plena libertad de expresión, limitada a veces por el miedo y la coacción".El presidente aludió después a "los cuatro pilares fundamentales". antiterroristas -"la lucha de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y, tras su creación, de la Ertzaintza, con un inmenso tributo de sangre; la unidad de las fuerzas políticas democráticas, fortalecida con los pactos de Ajuria Enea y Madrid; la cooperación internacional, que ha pasado por convencer a Francia de que los etarras eran simples criminales; y el aislamiento social de los violentos"- para convenir que las actividades de los GAL, ilegales; los "minaron" y que él se pronunció en contra desde la, primera, en 1983, hasta la última, en 1987. "Debemos lamentar que este debate sirva para que quienes defienden la violencia se amparen en un supuesto terrorismo de Estado que nunca existió", como se demuestra, concluyó, con las sentencias de los tribunales españoles y franceses.Joaquín Almunia, en nombre del PSOE, advirtió al PP que no le va a ser fácil librarse de las hipotecas que está. fraguando: "No se engañen: este Gobierno tiene adversarios poderosos, que: heredará el siguiente y el otro".

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