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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

¿Cambia Menem?

LA PROMESA fundamental del presidente argentino, Carlos Menem, al asumir su segundo mandato ha sido la de buscar el crecimiento con una mayor dedicación a la justicia social. Apenas ha podido sorprender, porque la penosa situación de millones de compatriotas demandaba el compromiso contraído por el jefe de Estado en el solemne discurso de investidura. Durante su primera presidencia, que sucedió a una Administración de la Unión Cívica Radical (UCR) desarbolada por la hiperinflación y la inestabilidad política en el último, tramo del mandato, el sistema democrático nacional ha avanzado hacia su definitiva consolidación y se ejecutaron en sus aspectos más esenciales las transformaciones económicas imprescindibles para el crecimiento.Estos dos logros principales, cuya consecución se vio siempre acompañada por las denuncias de quienes más duramente sufrieron sus carencias o errores, no son poca cosa en un país históricamente amenazado por los golpes militares y las torpezas gubernamentales. El presidente y su programa liberal se impusieron en los comicios de mayo con el 50% de los votos, pero las expectativas. del electorado son ahora diferentes, y la sociedad demuestra estar dispuesta a reclamarlas.

Más consolidadas la, democracia y la estabilidad, y sentidas por la mayoría como valores propios e incorporados., los mismos argentinos que votaron a Menem y el 50% que no lo hizo vuelven a pedir ahora mayor limpieza política y judicial, y una verdadera independencia de los poderes. Pero exigen sobre todo que haya equidad en la distribución de la riqueza y una política social de momento raquítica o inexistente.

Pero la consecución de las grandes metas macroeconómicas, el sostenido y encomiable crecimiento del PIB, no pueden seguir relegando a un segundo plano la ya impostergable atención a los sectores de la salud, educación y vivienda, tercermundistas en buena parte del territorio argentino y que han llevado a cotas de violencia realmente deplorables a los segmentos de la sociedad más míseros o abandonados.

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Únicamente el 33% de la población del país gana lo suficiente como para vivir bien, advertía una encuesta publicada este domingo. El presidente Menem, cuya . audacia política está fuera de toda duda, ha prometido también pulverizar el desempleo, cercano al 14% en una nación cuyo seguro de. desempleo alcanza a una ínfima parte de los parados.

Este es el desafío más urgente del hombre que lleva camino de alcanzar a Perón en cuanto a número de presidencias conseguidas. Lamentablemente, Argentina atraviesa una situación económica difícil, resultado de la fragilidad de sus estructuras y consecuencia también del golpe encajado por la devaluación mexicana. Menem ha avisado que sin recursos no es posible hacer justicia social.

Sin crecimiento y con hiperinflación no se reparte más que miseria. Pero sin una política social y el reparto de las cargas de la dolorosísima transformación pueden estar en peligro también las conquistas de su primer mandato. Sería peligroso por ello que amparándose en la actual etapa recesiva quedaran una vez más olvidados aquellos argentinos cuya necesidades son de verdad acuciantes.

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