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LA CRISIS DE LAS ESCUCHAS

González congela su decisión sobre el cambio de Gobierno y comparecer á en el Congreso

Felipe González se ha trazado un calendario para intentar superar la crisis del Cesid y no piensa salirse de él. Aunque tiene sobre la mesa las dimisiones del vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y del ministro de Defensa, Julián García Vargas, congelará su decisión sobre un cambio de Gobierno hasta que concluya la investigación interna sobre las escuchas, para lo cual ha fijado un plazo de 15 o 20 días desde que estalló el escándalo, el pasado día 12. Serra explicará hoy al pleno del Congreso su versión sobre el caso, y la próxima semana lo hará el propio González. Los partidos de la oposición, especialmente el PP e IU, criticaron ayer con dureza que no sea González sino Serra el encargado de dar hoy explicaciones ante el pleno.

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González trató de explicar el aparente absurdo de la doble comparecencia y el hecho de que el vicepresidente protagonice la de hoy. Alegó razones de eficacia: "Es él [Serral quien ha recopilado la información y tiene muchos más datos de los que pueda tener yo".Pero ésa no es la única razón. González quiere evitar que su vicepresidente salga por la puerta de atrás y, de hecho, uno de los objetivos que se marcó al asistir ayer a la reunión del Grupo Socialista fue dejar constancia de su respaldo al número dos del Ejecutivo. En la rueda de prensa posterior a la reunión, el presidente afirmó que Serra "tiene el derecho y el deber de explicarse ante la opinión pública".

González cree que el paso del tiempo puede favorecerle y que la opinión pública empezará a asumirque, pese a los errores del Gobierno, está en marcha una conspiración contra el Estado democrático, en la medida en que afecta al Rey y a las instituciones.

El jefe del Ejecutivo no se pronunció sobre si se producirá la salida del Gabinete de Serra y García Vargas, ni tampoco si se decidirá a cambiar de Gobierno, ni mucho menos a su alcance. Se remitió a las conclusiones de la investigación, que tardarán una semana y coincidirán con su intervención ante el pleno del Congreso, anunciada ayer por el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba. Esta comparecencia, prevista para el miércoles o el jueves, se producirá tras el compromiso del PSOE en respuesta a la petición del PP, IU y Grupo Mixto, en la Junta de Portavoces que se reunió ayer.

González responderá hoy, en la sesión de control de los miércoles, a tres preguntas parlamentarias sobre el caso de las escuchas: una del PP, una de IU y otra del PSOE. Pero no será hasta la semana próxima cuando presente las conclusiones de la investigación, sin que se descarte que se defina sobre un cambio de Gabinete. "¿Se limitará a dar cuenta del resultado de la investigación? ¿Vendrá a esta sesión del Congreso con un nuevo Gobierno?", se preguntaban ayer los diputados socialistas.

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Quienes más claro lo tienen son los portavoces de la oposición. Rodrigo Rato, portavoz del PP, dio su interpretación a la salida de la Junta de Portavoces. "González quiere ganar días para poder presentarse en el Congreso con un Serra dimitido y para que se diluyan las responsabilidades". "Es un escándalo y una burla al Parlamento. González le ha dicho a Serra que aguante cuanto pueda y que ya dimitirá después. Es el viejo truco", apostilló Rato.

En una línea similar se expresó la portavoz de IU-IC, Rosa Aguilar: "Es una tomadura de pelo al Parlamento. Quieren escudar el escándalo con una remodelación de Gobierno".

El portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, se limitó a calificar de "impresentable" la actitud socialista, mientras que Joaquim Molins, portavoz de CiU, fue más comprensivo: "Habríamos preferido que hoy mismo compareciera González, pero la solución adoptada nos parece correcta".

También se escucharon peticiones de dimisiones y responsabilidades políticas en el Grupo Socialista, antes de la Junta de Portavoces. No obstante, el clima de la reunión del grupo fue mucho más sereno que el de la pasada semana. Las peticiones de dimisiones y responsabilidades políticas procedieron de guerristas como Francisco Fuentes, Enrique Múgica y Matilde Fernández; del ex ministro Fernando Morán, y del dirigente de Izquierda Socialista Manuel de la Rocha.

El más rotundo fue De la Rocha, que se dirigió a González con estas palabras: "Felipe es indispensable que aceptes la dimisión de Serra y García Vargas. Los errores políticos se pagan". El dirigente de IS recordó las dimisiones de Carlos Solchaga y Antoni Asunción por el escándalo de Mariano Rubio y por la fuga de Roldán.

En su respuesta, González dejó claro que si no había habido dimisiones es porque él no las había aceptado. "Ellos han asumido su responsabilidad política. Soy yo el que no ha querido aceptarla. Si hay que pedir explicaciones, me las pedís a mí", dijo un González retador.

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