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La violencia contra las mujeres causa víctimas en los países pobres y ricos

50 ONG debaten en Madrid con vistas a la cumbre de Pekín

La violencia contra las mujeres es una guerra mundial no declarada, con víctimas en todas partes. "No es algo exótico, que ocurra sólo en Asia o África, sino que nos puede afectar a todas", dijo ayer la antropóloga holandesa Ankevan der Kwaak en la inauguración de la conférencia internacional Violencia contra las mujeres, un obstáculo para el desarrollo, que hoy se clausura en Madrid, con participación de 50 ONG, y cuyas conclusiones se presentarán en la próxima Conferencia sobre la Mujer en Pekín.

"Estamos hablando de una barbarie que se da en medio de los avances de la humanidad", define Ángeles Yáñez-Barnuevo, directora de Solidaridad Internacional, ONG que, con Ayuda Internacional Obrera, organiza la conferencia, integrada en la campaña europea Di no a la violencia contra las mujeres. Las conclusiones de la reunión se presentarán el próximo septiembre a la Conferencia de la ONU sobre la Mujer en Pekín. Las ONG tendrán que celebrar su foro alternativo en Huairu, a 50 kilómetros de la capital china.Menudearon las advertencias de no creer que en el mundo desarrollado se vive en el paraíso. "En España hay 16.000 denuncias anuales de malos tratos a mujeres", dijo Marina Subirats, directora del Instituto de la Mujer, "y no sabemos qué parte de la realidad cubren esos datos, por el agobiante peso del silencio". Sulbirats trata de ser realista: "Estamos logrando que las mujeres denuncien la violencia. Lo que sí se ha conseguido en Occidente es declarar ilegítima la violencia"."En mi país, que en Latíonamérica es privilegiado en lo económico", dice la chilena Teresa Rodríguez, coordinadora del programa de violencia contra la mujer de la ONG Isis Internacional, "una de cada cuatro mujeres sufre violencia en casa. Es un problema cultural, no sólo económico. No es lo mismo que la prostitución infantil, que crece en el continente por la propia miseria".La argelina Salima Ghezali, directora del semanario La Nation -que acaba de ser suspendido por un mes por el régimen-, no gusta de discursos tópicos. "No represento a las mujeres argelinas", advierte, "porque justamente el problema de mi país es que todo el mundo, mujer u hombre, está privado de elegir sus representantes". Ghezali denuncia al Gobierno argelino: "Hay una guerra con 40.000 muertos, de la que, por supuesto, son culpables los islamistas, pero también el Gobierno, que tiene en sus manos el diálogo y lo rechaza. La violencia islamista sirve de coartada al Gobierno".Otra testigo de violencia bélica contra las mujeres es la pacifista serbia Stasa Zajovic, del movimiento Mujeres de Negro, que cada miércoles se manifiesta, de 15.30 a 16.30, en la céntrica plaza de la República de Belgrado. "Somos pocas", dice, "pero muy perseverantes. Tenemos una red de solidaridad con mujeres serbias, croatas, bosnias. Hemos publicado múltiples denuncias, y libros sobre los desertores", añade Zajovic.

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