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100 adolescentes desempeñaron tareas 4 comunitarias para purgar gamberradas

Los perjuicios, causados se pagan arrimando el hombro. Desde 1994, un centenar de adolescentes han redimido faltas y delitos menores de los que se reconocen culpables reparando los daños causados y sin pasar por un juicio. Algunos han limpiado los vagones de metro o tren que pintarrajearon; otros, que arrasaron un chalé de Arganda, limpiaron unas lagunas, y quienes tiraron piedras a unos conductores desde un puente se vieron obligados a seguir un curso de seguridad vial.Cada medida fue adoptada por el fiscal de menores a partir de las recomendaciones pedagógicas de su equipo y del Instituto Madrileño de Atención a la Infancia (Imain), de la Comunidad. No todos los menores de 16 años que cometen faltas o pequeños delitos pueden acogerse a estas medidas. Primero hace falta que el chaval se reconozca culpable, porque, en caso contrario, debe ir a la vía judicial.

También es preciso que sus padres estén de acuerdo, aunque la última palabra la da el fiscal de menores, quien, a partir de los informes sobre cada chaval, determina si es o no positivo para el adolescente reparar el daño causado con su esfuerzo por un bien social.

Rosa Beriáin, responsable del programa de atención a menores en "conflicto social del Imain, explica que este sistema comenzó a aplicarse en, 1993, después de una ley de 1992 que reformaba la normativa. anterior -que databa de 1948- sobre juicios a menores. "Tiene dos ventajas: que se puede aplicar poco tiempo después del daño causado, con lo que el adolescente es más consciente e la repercusión de sus actos que si espera a una sentencia, y que evita que el chaval se vea inmerso en el sistema judicial y aprenda todas sus triquiñuelas y vicios", asegura.

"Si a un adolescente no se le da una respuesta inmediata a lo que ha hecho, acaba creciéndose y pensando: qué listo soy, ya no me cogen; además, si no hace falta una intervención global con el chaval, lo mejor es cortar cuanto antes con el hecho delictivo", añade Beriáin.

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La reparación de daños se aplicará a delitos juveniles más graves

VIENE DE LA PÁGINA 1

Hasta ahora el programa de reparación del daño causado se ha aplicado a las faltas y delitos de menor gravedad cometidos por menores de 16 años, pero el objetivo es ir empleándolo en hechos más duros. Rosa Beriain, responsable de esta iniciativa en el Imain, explica: "Esta medida se va aplicando poco a poco; a través de nuestras recomendaciones a la fiscalía intentamos fomentar esta forma de reparar el daño porque creemos que es más pedagógica que una amonestación o que una libertad vigilada".

Aunque la figura se denomina reparación extrajudicial del daño causado, no siempre esa reparación es real. Es el caso de una veintena de estudiantes de un instituto de Arganda que arrasaron un chalé de esta localidad. La medida que se tomó, con aquéllos cuyos padres accedieron, fue que limpiaran durante varios fines de semana unas lagunas del municipio.

"La víctima salió perjudicada porque los daños fueron cuantiosos, pero lo que intentamos fue que al menos los chavales se dieran cuenta de la repercusión de sus actos y que hicieran un. trabajo positivo para su entorno apostilla Beriain.

Otros menores que causaron daños en otro chalé de Torrelodones han ayudado a montar un parque infantil en un poblado gitano de realojamiento. El dueño de la casona afectada vive en el extranjero y eso ponía muy difícil la reposición del destrozo. Así que se decidió que colaborasen en la citada tarea social, que, al parecer, les ha gustado mucho.

Sin embargo, en otra ocasión un chaval que cometió destrozos en una caramelería ayudó a hacer arreglos. La dueña era algo reticente a tener dentro de su establecimiento al causante del daño, pero al final accedió.

Convenios con Renfe y Metro

El caso más conocido, y también el más extendido, es el de los adolescentes que limpian las pintadas realizadas en vagones del Metro, y en las cercanías de Renfe. En estos años se han firmado convenios con estas dos empresas públicas.

Enrique Arribas, coordinador del programa, asegura: "Por ahora, no nos han notificado ninguna reincidencia de estos chavales, eso no quiere decir que no ocurra". "Normalmente", añade, "los trabajadores de los servicios, en que ellos colaboran los aceptan de buen grado, saben que éste, es un programa de atención al menor y que no tiene nada que ver con el empleo".

La mayoría de los adolescentes autores de faltas o delitos que entraron en el programa son varones y rondan los 15 y los 16 años de media. Casi todos prrtenecen a familias de clase media o media-baja. La mayor parte de los daños causados son iguales o superiores a las 200.000 pesetas.

En 1993 fueron cinco los adolescentes autores de faltas o delitos menores que entraron en el programa, recién iniciado. En 1994 el número aumentó a 58 y en estos primeros meses de 1995 han sido 42.

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