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La bala de Murat

Una exposición muestra los objetos encontrados por los arqueólogos en la plaza de Oriente

Vicente G. Olaya

,Un pelotón de soldados franceses contenía los ánimos de los 2.000 madrileños que intentaban, a las nueve de la mañana del 2 de mayo de 1808, que la familia de Carlos IV huyera del palacio real. Los soldados del general Murat, que observa la escena desde la calle de Bailén, abrieron de repente fuego contra la multitud de patriotas. Una de las balas disparadas (una pequeña bola de plomo) rodó calle abajo y se coló por una alcantarilla. Hace dos meses, los arqueólogos que excavan la plaza de Oriente la encontraron. Actualmente se halla expuesta en una vitrina de cristal de la exposición que el Ayuntamiento ha montado para mostrar todo lo encontrado durante las excavaciones.

El tesoro que oculta el subsuelo de la plaza de Oriente, y que poco a poco sale a la luz, no lo escondieron los piratas, sino los vecinos. Más de 10 siglos de historia de la ciudad han convertido la plaza en un gigantesco depósito de pequeños objetos de uso diario de los antiguos habitantes de Madrid. En la exposición se pueden contemplar, por ejemplo, peque nas cazuelas y ollas utilizadas cuando Mohamed I dominaba la ciudad. Incluso se puede ver uno de los pequeños candiles que los musulmanes utilizaban para alumbrar sus casas.

"Mi pieza preferida es una jamba del antiguo alcázar del Madrid. Es un fragmento renacentista muy interesante", comenta Manuel Retuerce, director de las excavaciones. Retuerce se refiere a una losa tallada de más de un metro de longitud y que se situaba sobre las puertas del viejo palacio. Del desaparecido alcázar también se han encontrado algunos de los azulejos flamencos que cubrían sus mejores estancias. La mayoría eran obra del artista holandés Jan Floris, que trabajó a las órdenes de Felipe II.

Los arqueólogos, al tiempo que buscan la muralla cristiana de Madrid, han efectuado curiosos hallazgos. Hace unos meses encontraron la pipa de Sajonia que se le cayó a un madrileño en 1730. Perteneció a un vecino de clase alta que deseaba fumar el excelente tabaco de las colonias.

Los expertos no han podido aclarar cómo se rompió el trozo de cerámica de la dinastía Ming (1573-1619) que se expone en las vitrinas, pero saben que se encontró cerca de las vasijas de cerámica de Alcora que utilizaban los aristócratas madrileños en el siglo XVII.

Los madrileños han perdido monedas, valiosas algunas, durante muchos años. Los técnicos se han topado con maravedíes de Felipe II y Pelipe IV en el, subsuelo de la plaza y monedas de plata de los reinados de Felipe V y Carlos IV. Algún madrileño, muy despistado, además de perder las monedas, también perdió las llaves de casa. Una pequeña llave de bronce lleva tres siglos impidiéndole entrar en casa.

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Plaza, de Oriente. Todos los días, de 10 a 2 y de 4 a 6. Lunes 1 y martes 2, cerrado.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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