"Tengo todo por hacer y voy a dar guerra"
Canta, compone, hace minigiras por Madrid con bandas de amiguetes. Desarrolla nuevas técnicas e investiga sobre el canto. Vive al otro lado del puente de Segovia y no falta ni un domingo al Rastro, adónde va con sus amigos. Su padre revienta la Zarzuela y ella el Café del Foro. Dice que ha tardado un poco en situarse en la música y la verdad es que ya ha pasado el tiempo desde que su padre, Alfredo Kraus, comentaba en los ochenta que sí, que su hija le había salido rockera."Más bien empecé haciendo un rock sinfónico", aclara ella ahora. Patricia Kraus (Milán, 1964), ciudadana de Madrid desde los dos años, cuando cumplió los 18 decidió algo de lo que no se ha arrepentido nunca, eludir ser soprano, algo que podría haber hecho con facilidad. Es obvio que heredó una voz, pero sus melodías se rigen al ritmo de otros compases. Ahora está centrada "más en la creación y menos en los rollos comerciales del principio", dice.
Pregunta. Toda una mezcla de voz y batería.
Respuesta. Tenemos un espectáculo muy primitivo, con una música básica y experimental, con mezcla de ritmos y melodías. Hay diferentes movimientos sobre el fuego, la tierra, el aire, lo etéreo... y nos acompañamos con la proyección de imágenes de un pintor canario, Nacho Ramírez.
P. Sorprendió desde sus inicios, sin embargo, ha empeñado mucho tiempo en encontrar su espacio musical, ¿no?
R. Lo que más sorprendió fue lo del Festival de Eurovisión, en 1987, con No estás solo; ahora escucho aquella canción y me hace gracia, porque no me representa nada. Soy lenta porque estudio mucho, investigo..., y soy Capricornio, pero ahora tengo todo por hacer y voy a dar guerra.
P. ¿Y por dónde van a ir las balas?
R. Algo muy sencillo, tocar, cantar, como ahora y que la gente me vea. Adiós a los prejuicios de ser la hija de.
P. ¿Le resulta más incómodo hablar de su padre o a su padre hablar de usted?
R. A mi padre le encanta lo que hago; ya ha ido tres veces a verme y la gente, claro, se queda alucinada, como diciendo, ¿pero" que hace éste en Malasaña? No me resulta incómodo, me encanta hablar de él y ahora él se encuentra más cómodo hablando de mí. Nos entendemos bien y me ha enseñado muchas cosas.
P. Con los años que lleva aquí, ¿ha tomado alguna manía a Madrid?
R. No, aunque conviene irse de vez en cuando. Como te metas en el rollo de salir todas las noches, eso te machaca un poco. Esto, de la cadencia de la caña, que vas de una a otra, no existiría tanto si hubiera una oferta cultural más amplia.
Patricia Kraus y Daniel Assante. Hoy (y todos los martes del mes de marzo), en el Café del Foro, a las 21.30 horas (C/ de San Andrés, 38).
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