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Una técnica entre otras

"Quiero que me anestesien por medio de hipnosis". La frase, soltada a bocajarro por un paciente de la sanidad pública, podría sonar a provocación para la mayoría de los doctores. Para José López, médico anestesiólogo, que imparte estos días en Valencia el curso Hipnosis: fundamentos experimenta y aplicaciones clínicas, lejos de ser un disparate puede convertirse en la mejor solución, por ejemplo, para determinadas intervenciones de cirugía local y para abaratar muchos tratamientos de rehabilitación: "Como tal ya está funcionando. Todo el problema consiste en una correcta comprensión de lo que se tiene entre manos".El futuro no parece muy propicio: la hipnosis está explícitamente excluída del catálogo elaborado por el ministerio de Sanidad, algo que "refleja la enorme ignorancia de la Administraión", según los expertos. "La hipnosis no es una terapia, es sólo una de las muchas técnicas que utiliza el especialista. Es absurdo admitir la psiquiatría o la psicología y rechazar la relajación o la desensibilización, por ejemplo, que forman parte de cualquier terapia de conducta", afirma el psicólogo Eduardo García Cueto.

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"Si lo difícil de asimilar de las técnicas para hipnotizar es la manipulación que se puede ejercer sobre otra persona, conviene decir dos cosas: en cualquier tipo de relación médico-paciente existe ya, en algún sentido, algún tipo de manipulación. Y, además, en contra de lo que se suele pensar, el hipnotizado nunca pierde la conciencia: nunca hará nada que no quiera hacer", afirma el psicólogo clínico Javier Castillo.

Efecto placebo

El anestesiólogo José López recurre a ejemplos que se dan corrientemente en la medicina normal que funcionan, es decir que sanan, y que no entran en los parámetros de lo científicamente correcto. "El caso del llamado efecto placebo se da en las consultas de atención primaria y cura a la gente", comenta para ilustrar cómo en estos casos es simplemente la confianza del enfermo en el médico lo que está condicionando su curación.

Para estos expertos, lo importante es destacar que allí donde se aplica la hipnosis se obtienen resultados positivos. "Porque exista un elemento subjetivo no por ello es más peligroso o carece de patrones de cientificidad", dice López. En auxilio de este razonamiento acude Javier Castillo: "En cualquier tratamiento en psicología, por muy conductista que sea; siempre existe una matriz de subjetividad, de influencia del propio psicólogo sobre el paciente, y no por ello es menos racional o científico".

Lo necesario es ofrecer un trabajo transparente, estudiado y analizado por la comunidad científica. "No es de recibo que los hipnotizadores televisivos juegen con el secreto, se presenten como magos y no hagan ver que lo que hacen es una simple técnica que puede aplicar cualquier mortal", concluye.

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