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Yolanda Ming llegó ayer a su casa tras cinco años en una prisión tailandesa

La joven de Badalona (Barcelona) Yolanda Ming Villaescusa, de 26 años, ha pasado la primera no che en su casa después de cinco años en una prisión de Tailandia por tráfico de drogas. Sus padres, el alcalde de Badalona, Joan Blanc, y una legión de periodistas la recibieron ayer en el aeropuerto de El Prat. Con una risa permanente fruto de la intensa emoción, Yolanda dijo que lo primero que iba a hacer al llegar a su domicilio era darse "un gran baño". La joven recibió la semana pasada el indulto del rey de Tailandia tras cinco años de intensas negociaciones diplomáticas impulsadas por su padre, Francisco Ming.

Desde las 13 horas de ayer los padres de Yolanda, Francisco Ming y María Villaescusa, esperaban la llegada del avión procedente de Madrid. Yolanda viajaba desde Tailandia vía Atenas y Madrid. Sus familiares más cercanos desplegaron una pancarta en la que se podía leer "Bienvenida a casa, Yoli. Te queremos".A pesar del cansancio acumulado por las 20 horas de vuelo y de la emoción, Yolanda Ming dio una corta conferencia de prensa en una sala del aeropuerto para agradecer la colaboración de las instituciones y los medios de comunicación. Entrecortada y con la mirada ausente, Yolanda explicó así el momento en que recibió la noticia de su indulto: "El viernes pasado me llamó la directora de la prisión para hablar conmigo. Pensé que era para regañarme por algo y en realidad fue para decirme que estaba libre". Ming afirmó sentirse a su llegada a Barcelona "agotada y emocionada". "Esto me parece un sueño", añadió.

Yolanda explicó: "A veces se pierde la esperanza pero el apoyo de mi familia ha sido fundamental". En una de sus últimas cartas a sus padres Yolanda les pedía ropa y calzado porque intuía que podría estar de vuelta muy pronto. Ayer, no obstante, aseguró que creyó que las Navidades las pasaría "en la cárcel". "Estar con mi familia y luego ya hablaremos del futuro", así resumía sus planes. El Ayuntamiento de Badalona le ha pedido que colabore con charlas en tareas educativas para evitar el consumo y tráfico de drogas.

A su llegada, Yolanda tuvo un recuerdo para las compañeras que ha dejado en la prisión: "He hecho amigas y me ha dado un poco de pena dejarlas, pero voy a seguir escribiéndoles y dándoles todo mi apoyo". Antes de realizar el fatal viaje al país asiático, Yolanda estudiaba secretariado. Durante su estancia en la cárcel ha aprendido "a la fuerza" inglés y tailandés.

Yolanda Ming, que nació en Barcelona, fue detenida el 20 de junio de 1989 en el aeropuerto internacional de Bangkok con casi 2,5 kilos de heroína. Meses antes había conocido a Agustín López Medaño que también fue detenido como cómplice junto a Yolanda. Estos días su madre María aseguraba, refiriéndose al ex novio de Yolanda: "Hemos olvidado totalmente a esta per sona, no queremos saber nada de ella. Hace unos días tiré una figurita de porcelana con su nombre para que cuando llegue mi hija no la vea". Los padres de Yolanda siempre han estado convencidos de que Agustín López engañó e indujo a su hija a cometer el delito. López fue puesto en libertad a finales del año pasado tras serle conmutada la pena de muerte.

Tras años de contactos diplomáticos, el monarca tailandés Bumibol Adulyade concedió la semana pasada el indulto. El pasado mes de enero el ministro de de un padre Asuntos Exteriores español, Javier Solana, en visita oficial a Tailandia, entregó una carta del presidente del Gobierno, Felipe González, al primer ministro Chuan Leekpai en la que solicitaba el perdón para algunos de los presos españoles que cumplen condena en este país, especialmente para Yolanda Ming. Actualmente están en prisiones tailandesas otros 14 españoles por delitos similares. El padre de Yolanda, minutos antes de abrazar a su hija, enseñaba a los periodistas la carta que hacía 15 minutos había recibido en su casa del barrio de Pomar. Era la felicitación del ex embajador de España en Tailandia, Tomás Chávarri, una de las personas claves en la libera ción de la joven. El perdón real ha coincidido con la jubilacion de este diplomático, lo que se ha interpretado como un reconocimieto de la casa real tailandesa a la labor del veterano embajador. Los padres de Yolanda, que vi ven en un barrio popular de Badalona, tienen tres hijos más, una hija mayor y otros dos menores, Robert y Joel, que tenían 7 y 5 años cuando ésta fue detenida.

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La voluntad de un padre

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