La nueva pobreza
De acuerdo con un documento editado por el Gobierno vasco, La inserción a debate -que recoge un estudio de la Comunidad de Madrid y datos de la comisión de evaluación de rentas mínimas en Francia-, el perfil de los solicitantes del salario social cada vez está más interrelacionado con la precarización del empleo y las altas tasas de paro denominadas como nueva pobreza.Este informe señala que se incluyen cada vez más como perceptoras de rentas mínimas personas profesionalmente activas o asalariadas que han perdido sus fuentes de ingresos. Se incluyen principalmente las mujeres con cargas familiares no compartidas, los parados de muy larga duración, los mayores de 65 años y enfermos entre 18 y 65 años sin pensión o sólo con pensión asistencial y grupos marginales como gente de la calle o jóvenes medicalizados o judicializados.
El itinerario de exclusión, según indican datos de la comisión francesa, es la ocupación normalizada, la pérdida del trabajo, el cobro de la prestación de paro, su finalización, la conversión en beneficiario de la RMI y un contrato de inserción.
Un reciente estudio de la Generalitat detalla que en Cataluña destacan dos tipos de beneficiarios. Por un lado, aquellos que tienen dificultades permanentes de tipo laboral, como personas que han perdido la cobertura por desempleo, jóvenes sin experiencia, autónomos sin empleo o temporeros y campesinos desocupados . Por otro, las madres solteras que carecen de unos ingresos mínimos de subsistencia.