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La desorganización de la convención zapatista impide acuerdos de consenso

La primera jornada de la Convención Nacional Democrática tuvo la noche del sábado un desenlace poco esperanzador para sus promotores. A la patente desorganización de este cónclave, convocado por el Ejército Zapatista de Liberación Na cional (EZLN) en el Estado mexicano de Chiapas, se unió la incapacidad de los delegados para acordar las resoluciones sobre el tránsito democrático que deberían ser presentadas al plenario que se celebrará en la selva Lacandona a partir de hoy y hasta el próximo miércoles.

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Veto a medios de comunicación

El coordinador de prensa de la convención, José Álvarez Icasa, afirmó el viernes que iban a ser necesarios dos milagros: uno para llegar a acuerdos entre los delegados; otro, para evitar el desbarajuste organizativo. Ninguno se cumplió. Álvarez Icasa aseguró la tarde del sábado [madrugada de ayer en España] que los debates se desarrollaban con normalidad, pero pocas horas después su rostro más encrespado y su negativa a hacer comentarios significaban un claro indicio de que las negociaciones no habían cosechado los resultados esperados. "Escriban de lo que quieran", dijo el coordinador de prensa a varios medios de comunicación.Un delegado, que pidió no ser nombrado, comentaba al final de las deliberaciones de una de las mesas de trabajo: "Todos estaban muy encabronados con el partido del Estado", en alusión al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobierna México desde 1929 y "señalaban que aún tiene sentido hablar de partidos políticos, pero sin el PRI". A esta propuesta añadían su intención de abolir el Ejército. Otros representantes más moderados chocaban con esta postura. Las referencias sobre el Partido de la Revolución Democrática (PRD), una formación de centro izquierda con delegados presentes en la convención, recibieron abucheos de los más radicales que lo consideran un partido de derechas. En estas condiciones el consenso era imposible.

La tesis de que la convención es una reunión de los más variados grupos de izquierda, que no puede ser eficaz por el elevado número de asociaciones y por su escasa representatividad, comienza a imponerse. Incluso los hay que dudan de que los delegados puedan movilizar realmente a sus representados. Ante esta situación, las discusiones sobre el tránsito a la democracia, las vías pacíficas para conseguirlo y las bases para una nueva Constitución quedan pendientes para las dos sesiones plenarias que tendrán lugar en la, jungla. Hacia allí partieron ayer observadores, delegados y periodistas en una viaje que se preveía "dantesco", en palabras de los organizadores.

Una caravana de 150 autobuses partió a primera hora de ayer hacia Aguascalientes, el lugar de la selva Lacandona en el que se celebrará la asamblea plenaria. Los zapatistas, controlan toda la zona de los altos de Chiapas y de la selva desde el alto el fuego con el Ejército mexicano a mediados del pasado mes de enero tras la sublevación guerrillera iniciada el día de Año Nuevo.

Todos los que allí acudan no podrán salir del lugar hasta el miércoles por la mañana por la imposición del EZLN que ha hecho firmar un documento a todos los asistentes en el que se comprometen a cumplir un estricto reglamento de conducta. Ningún periodista podrá transmitir sus informaciones hasta que se salga del territorio controlado por la guerrilla zapatista.

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Sin embargo, no todos los presentes en San Cristóbal de las Casas acudirán a la selva. Ciertos observadores y delegados han anunciado su deserción y los enviados de determina os medios de comunicación han sido vetados por una organización que da muestras constantes de improvisación.

La prensa próxima al Gobierno que preside Carlos Salinas de Gortari y al partido gobernante no tiene permiso para acudir a Aguascalientes, en la selva Lacandona.

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