_
_
_
_
_

Un futbolista castigado a perpetuidad sigue jugando

Su equipo, el Ferrocarril, puede ser expulsado de la competición para siempre

El Ferrocarril, un equipo de fútbol madrileño, puede desaparecer del mapa el próximo miércoles o, en el mejor de los casos, limitar su actuación a partidos amistosos. La federación, si se demuestran los hechos, no le va a dejar competir oficialmente. La acusación es por quebrantamiento de sanción. A mediados de marzo, uno de sus jugadores, Ricardo Gómez, mandó a un árbitro al hospital. Esa acción le valió una suspensión de por vida, pero tanto el futbolista como el Ferrocarril hicieron caso omiso del castigo. Por desgracia para ellos, el pasado domingo les pillaron.

El pasado mes de marzo, Ricardo Gómez, tras el partido disputado por el Ferrocarril ante el Tudor, esperó al árbitro a la salida de los vestuarios y le propinó una soberana paliza. La federación, en vista de los graves daños causados, decidió sancionarle de por vida.Pero tanto el agresor como su club se han saltado a la torera esa suspensión. Y no han tardado demasiado tiempo en hacerlo. El pasado domingo, Ricardo Gómez, con el número ocho a la espalda, jugó con sus compañeros frente al Parking. Pero los responsables de este equipo descubrieron el pastel.

Ocurrió que el entrenador y varios jugadores del Parking le conocían. Como conocían sus violentos antecedentes. Por eso, acabado el choque, pidieron revisión de fichas. Fue entonces cuando se comprobó lo poco que se parecía Ricardo Gómez a la foto de la ficha correspondiente al número ocho del Ferrocarril. Ni siquiera el nombre coincidía. La federación ha citado a declarar a los implicados. Y el miércoles dictará una sentencia que, presumiblemente, mandará al Ferrocarril fuera de la competición para el resto de su existencia.

Manuel Bueno, entrenador del Parking, fue uno de los que descubrió el fraude: "No es el primer partido que juega tras ser suspendido a perpetuidad", explica. "Cuando comprobamos las fichas vimos que había tres falsas. Y una era la de Ricardo Gómez".

El técnico del Parking cree que el árbitro no actuó correctamente, "porque el jugador estuvo todo el partido repartiendo. Y cuando el árbitro le advertía, le contestaba: 'Me da igual, porque ya estoy suspendido a perpetuidad'. Eso me han dicho mis jugadores, que se lo oyeron en más de una ocasión".

Uno de los compañeros de Ricardo Gómez, José García, cuyo nombre al parecer figuraba en la ficha correspondiente a aquél, aseguraba desconocer totalmente los hechos: "No sé de qué me está hablando. El equipo tiene muchos problemas económicos y no queremos más líos". Pero el lío mayor puede llegar el miércoles, cuando la federación decida que al Ferrocarril se le acabó su vida como equipo de fútbol.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

También el pasado domingo, un jugador del Atlético Ripense, de Tercera regional, Francisco Javier Marcos, se despidió del árbitro propinándole un cabezazo al rostro. No contento con ello, aún tuvo tiempo para amenazarle. La federación le ha castigado con 20 partidos, tres más de los que le han caído a Jesús Maroto, del Santa Elena, que resolvió su expulsión con un puñetazo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_