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La oposicion mauritana impulsó sus reivindicaciones durante la visita del Rey

El uno acudía a la recepción que daba el Monarca español en la Embajada de España en Mauritania. El otro salía de una audiencia con don Juan Carlos. El presidente mauritano, Maauya Uld Taya, y el líder del principal partido de la oposición, Ahmed Uld Dada, llevaban nueve años sin saludarse, y allí, en territorio español, se dieron el martes por la noche un apretón de manos al tiempo que se decían: "Salam alekum". Pese a ello, el bloqueo político persiste.

La primera visita oficial de un jefe de Estado europeo al más pequeño y más pobre dosmillones de habitantes con una renta per cápita de 65.000 pesetas anuales- de los países magrebíes, que concluyó el miércoles pasado, reactivó durante unos días la incipiente vida política. Mauritania celebró en 1992 elecciones presidenciales pluripartidistas y, a continuación, efigió a la Asamblea Nacional (cárnara baja) y al Senado. El proceso electoral concluyó el año pasado con los comicios municipales.El grueso de la oposición puso en tela de juicio los resultados de todas estas consultas y boicoteó, por ejemplo, las elecciones legislativas, para denunciar el fraude. A diferencia de lo sucedido en algunos países vecinos, obtuvo, sin embargo, resultados dignos en los comicios presidenciales 33% de los sufragios para Dada, y en las municipales logró el control (le 18 ayuntamientos, incluidos varios importantes, como Kiffa.

La estancia de don Juan Carlos le ha dado pie para intentar hacer valer sus reivindicaciones, al tiempo que el Gobierno se esforzaba por acallarlas. Antes de que llegase el Rey, los abogados del colectivo de viudas víctimas de la represión fueron recibidos por el embajador de España, Juan María López Aguilar, quien les prometió que el huésped español recordaría su caso a sus anfitriones. Los letrados representan a las esposas y farniliares de los 503 miembros de raza negra de las fuerzas de seguridad asesinados en 1990 y 1991 en el marco de lo que describen como "una represión racista contra los negroafricanos". Exigen una investigación y un juicio ecuártime.

"¡No a la amnistía de los criminales y asesinos!", "¡Aclaración de la matanza!", señalaban algunas de las pancartas que tres grupos de mujeres intentaron exhibir en las calles recorridas por la comitiva real. "La policía se lo impidió y detuvo a una de ellas", denuncia Bakadiata Malick Diallo, militante del colectivo.

El Ministerio del Interior embargó además el martes toda la tirada de un semanario de la oposición, Le Calame, en el que se recogía un comunicado de la Unión de Fuerzas Democráticas, principal partido de la oposición, recordando al huésped español que todas las elecciones fueron una 11 inascarada".

También criticaba la revista que el gobernador de Nuakchot obligase a los padres a vestir a sus hijos, so pena de expulsión del colegio, con pantalón negro y camisa blanca para dar la bienvenida a los Reyes, cuando "la mayoría de los progenitores no disponen de dinero".

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A pesar de estos atropellos, Dada, presidente de la UFD, reconoce que "hay un pequeño margen de libertad" caracterizado por una relativa pluralidad de publicaciones escritas, un derecho de asociación -18 partidos legalizados-, un restringido derecho de reunión y, sobre todo, una ausencia de presos políticos. "A algunos les dan una tunda de palos, pero no permanecen más de 24 horas en comisaría". Se muestra pesimista sobre las posibilidades de ampliación de ese margen de maniobra.

"El proceso democrático está bloqueado", lamenta un periodista mauritano independiente. "El régimen, de tradición castrense, cree que ya ha abierto bastante la mano organizando elecciones y, mientras no se reconozca su legitimidad, no hará más concesiones. Por eso dudo de que la estrategia de choque frontal dé resultados. Sólo la participación de la oposición en las instituciones le permitirá ampliar las libertades".

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