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El consumo de heroína se dispara en las grandes ciudades de Estados Unidos

Algunos artistas y profesionales la consideran más 'chic' que otras drogas

Avanza la heroína. Ahora revestida de más clase. Convertida en una droga chic que ha traspasado el suburbio y, combinada con la cocaína, mata a estrellas del espectáculo o sirve de devaneo a ricos, artistas y advenedizos en los week end. Los casos de River Phoenix, abatido por un cóctel de caballo y cocaína, o el de Kurt Cobain, que gastaba unas 50.000 pesetas diarias en droga, son signos del retorno. El grupo de bandas grunge de Seattle ha presentado más ejemplos. Andrew Wood, de Mother Love Bone, y Stephanie Sargen, de 7 Year Bitch, murieron por la misma droga.

Según las autoridades sanitarias de Estados Unidos, donde se registra este regreso a la heroína, parte de los jóvenes y no tan jóvenes han disminuido su prevención a las drogas. Algunos afirman que por efecto de la misma saturación de las campañas preventivas.La novedad radica actualmente en la extensión del consumo de heroína hacía un sector donde se rechazaba esta droga, asociándola a la marginalidad y la pobreza. Los indicadores de que esta situación está transformándose no están oficialmente reconocidos, pero desde el Washinglon Post hasta el New York Times le han dedicado atención durante la pasada semana.

La estimación de que las importaciones del narcótico han crecido de seis toneladas a más de 20 desde principios de los ochenta confirman el incremento de la demanda, pero ninguna autoridad ha presentado un informe sobre la cualidad del problema.

El dato de que las atenciones en urgencias relacionadas con la heroína se hayan incrementado en un 37% durante 1992 y en un 44% durante los primeros seis meses de 1993 hace pensar también que ha ingresado otra población en el consumo, pero podría tratarse a la vez de que los adictos han repetido sus recaídas y otros veteranos han empezado a quebrar su resistencia. O que otros más pero del mismo mundo se han sumado a los anteriores.

Los observadores más directos aseguran, no obstante, que no se trata sólo de que los heroinómanos de antes hayan ensanchado su protagonismo. La conclusión es que se está produciendo un cambio y en su explicación tienen que ver al menos dos razones: la nueva pureza del producto y las nuevas estrategias de la oferta.

Ya no es preciso inyectarse en las venas para colocarse enseguida y a buen precio. La heroína ha bajado su coste en Nueva York (donde se encuentran más de la mitad de todos los adictos en Estados Unidos) de 3,95 dólares (550 pesetas) el miligramo de sustancia pura a 1,50 dólares (220 pesetas). Pero, además, la mayor pureza de la papelina hace posible fumarla o esnifarla, rehuyendo el temido y abominado procedimiento de la jeringuilla.

La cocaína es una droga comunicativa, asociada a tiempos más optimistas que los actuales, mientras la heroína es una droga que correspondería al talante más pasivo y escéptico de la llamada generación X.

Según calcula la revista Rolling Stones, en todo el mundo se producen cada año 4.200 toneladas de opio susceptible de convertirse en narcóticos como la codeína o la morfina. De esa cantidad, poco más de las 495 toneladas controladas en la India se tienen por legales. El resto se distribuye desde tres grandes zonas, el oeste asiático (Irán, Afganistán, Paquistán, Líbano, etcétera), el sudeste asiático (Birmania, Tailandia, Laos) y México.

Hasta ahora México introducía su heroína en California y casi se limitaba a este mercado. Los colombianos han montado laboratorios modernos y, asesorados por expertos paquistaníes han logrado en cinco o seis años lo que los maestros orientales en siglos. Los mexicanos demostraron que la adormidera podía crecer también en el Nuevo Mundo. Pero los colombianos no sólo poseen ahora unas plantaciones cifradas en 33.000 hectáreas frente a las 10.000 de México. Han conseguido a la vez que el producto final sea tan apreciado como el que llega de Asia.

El poder del precio

Los colombianos disponen en Estados Unidos de un sistema de distribución, tras su experiencia con la cocaína, que les hace muy superiores a los demás competidores. La estrategia es regalar al cocainómano, consumidor de crack y de otras sustancias, dosis de heroína de alta calidad, apta para ser fumada o esnifada.El mercado norteamericano, primero en el mundo en el consumo de coca, ha sido hasta ahora una plaza de segunda fila en la demanda de heroína. Según el departamento de Estado norteamericano, los traficantes latinoamericanos se han fijado el objetivo de convertir la heroína en la droga de la próxima centuria. Una razón que arguyen es que los efectos de la cocaína son insoportables al cabo de unos años, mientras los de la heroína permiten mantener al consumidor relativamente vivo durante más tiempo.

Según la Drug Enforcement Administration (DEA), la batalla contra la droga se complica con esta nueva difusión de una sustancia considerada en decadencia y cuyo peculiar rebrote no ha hecho más que comenzar.

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