El juez Di Pietro logra la primera condena por un caso de Manos Limpias

Antonio Di Pietro, el magistrado más conocido del grupo de jueces milaneses que se ocupa de la investigación conocida como Manos Limpias, sobre corrupción asociada a la financiación de los partidos políticos, logró el pasado jueves la primera sentencia condenatoria contra un procesado de este caso. Se trata del napolitano Sergio Cusani, de unos 50 años, amigo del ex líder socialista Bettino Craxi e intermediario financiero del fallecido Raúl Gardini, ex presidente del grupo Ferruzzi, con el que colaboró al pago de algunas de las mayores comisiones ilegales descubiertas en Italia.Cusani ha sido condenado a ocho años de cárcel y cinco de inhabilitación profesional, así como al pago de una multa de 16 millones de liras (unas 1.300.000 pesetas) y a resarcir más de 168.000 millones de liras a la multinacional Montedison, filial. de Ferruzzi. Todo ello, por diversos delitos de apropiación indebida, falsificación contable y violación de la ley sobre la financiación de los partidos políticos.

La condena incluye un año más de prisión que los siete pedidos en sus conclusiones finales por Di Pietro. Pero la sentencia es muy importante para los procesos de Manos Limpias. De hecho, la vista oral del juicio de Cusani, que ha consumido seis meses y miles de páginas que recogen las declaraciones de 117 testigos, ha sido calificada como un verdadero "proceso al régimen". La sentencia dictada en la noche del jueves, tras descubrirse una pequeña bomba en los juzgados, considera probado que Cusani realizó importantes pagos ilegales a personalidades como Craxi o el ex secretario democristiano Arnaldo Forlani, y a casi todos los partidos, incluido el disuelto Partido Comunista de Italia.

Defensa de Craxi

"La gravedad de este extraño proceso político es que, desde ayer, funcionará una especie de aviso y precedente jurisdiccional, a la manera de un juicio anticipado por hechos que Bettino Craxi no ha cometido y de los que no tendrá ya el libre derecho de demostrar su inexistencia", protestó ayer el abogado del ex líder socialista Salvatore Lo Giudice.Craxi, como casi todos los líderes italianos de la pasada década, fue testigo en el proceso contra Cusani. La. legislación italiana permite que las declaraciones vertidas por un testigo en un juicio sean utilizadas en su contra, durante su propio proceso.

El juicio de Cusani ha demostrado, en definitiva, la validez de este método seguido por Di Pietro y la sensibilidad del tribunal frente a los medios audiovisuales de que hizo gala al pronunciar su informe final, descalificados por la defensa como "un karaoké triturador del Derecho".

En el karaoké de Di Pietro hay, en efecto, suficiente material almacenado como para que pueda vencer en otras varias decenas de procesos. A no ser que el magistrado termine por aceptar la cartera que le ofrece Silvio Berlusconi y cambie la toga por el traje cruzado de ministro.