Los desplazados de Chernóbil viven entre el rechazo y la inadaptación
La pesadilla que empezó hace ocho años con la catástrofe de Chernóbil sigue planeando sobre miles de afectados. Además de los 300 años que serán necesarios para devolver la tierra más contaminada a unos niveles "habitables", la radiactividad ha convertido a muchas víctimas en apestados y desadaptados.Para el sociólogo Youri Saenko, director del departamento de programas de proyectos sociales en la Academia de Ciencias de Ucrania, no es sólo en el aspecto médico donde existe un "antes y un después" de Chernóbil. Además del estrés permanente y las depresiones que sufren millones de víctimas, las ayudas de vivienda y trabajo otorgadas por las autoridades ucranias a 130.000 desplazados de las zonas más contaminadas están levantando las iras de la población de las localidades de acogida.
Con una crisis económica general, este tipo de "discriminaciones" se pagan, y de manera especial lo hacen los jóvenes de menos de 16 años, "que son acogidos con un gran distanciamiento y a menudo son agredidos", dice Saenko.
Según Saenko, existe una gran apatía por parte de la población desplazada, que no se habitúa al nuevo lugar de acogida y a sus diferentes trabajos.
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