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Rubio reitera sus evasivas y dice al fiscal que no recuerda si compro pagarés del Tesoro

Mariano Rubio, ex gobernador del Banco de España, se mostró ayer tan olvidadizo y evasivo ante los dos fiscales especiales que investigan sus actividades como el viernes en el Congreso. Con la misma tónica del "no soy consciente y no recuerdo", o con "silencios clamorosos", en palabras del fiscal jefe de Madrid, Rubio fue incapaz, en casi dos horas de interrogatorio, de recordar si había comprado pagarés del Tesoro. Al llegar y al salir de la Audiencia Provincial recibió con media sonrisa una lluvia de insultos de los transeúntes, que le llamaron "sinvergüenza" y "chorizo". Su agente y amigo Manuel de la Concha declarará el miércoles o el jueves de la próxima semana.

Los destellos de las cámaras de los fotógrafos acompañaron a Rubio en las cuatro zancadas que separaban su coche de la entrada de la Audiencia de Madrid. La salida fue peor. El público que esperaba al ex gobernador obligó a la policía a acordonar la sede de la Audiencia y cortar la calle, con lo que, junto a los insultos, Rubio se ganó una estruendosa pitada de los automovilistas atascados.El ex gobernador del Banco de España llegó a la Audiencia con un cuarto de hora de antelación y a bordo de un Nissan Micra conducido por el procurador Argimiro Vázquez Guillén y acompañado por su abogado, el catedrático de Derecho Penal Gonzalo Rodríguez Mourullo. A su llegada, Rubio era esperado por medio centenar de informadores, fotógrafos y cámaras de televisión y por algo más de dos docenas de ciudadanos que le llamaron de todo, y especialinente "sinvergüenza", "chorizo" y "cabrón".

Ya en la Audiencia, Rubio fue acompañado hasta la planta cuarta, donde se encuentra la sección especial de delitos económicos de la Fiscalía de Madrid. Allí le esperaban los dos fiscales especiales, Luis Jordana de Pozas y Josefa Checa.

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Según fuentes jurídicas, aunque a diferencia de la comisión parlamentaria los fiscales le exhibieiron documentos como cheques, ordenes de pago y comprobantes, Mariano Rubio respondió invariablemente que no recordaba el documento o atribuía a su agente de cambio, Manuel de la Concha, la responsabilidad de los hechos: "Eso me lo llevaba De la Concha" o "yo no sé este señor qué hacía", fueron algunas de sus excusas más reiteradas en su declaración.

Pero lo que acabó por sumir a los fiscales en la mayor perplejidad fue que Rubio no fuese capaz de recordar, según dijo, si suscribió pagarés del Tesoro, fiscalmente opacos, con el producto de sus ganancias en bolsa.

Tras la comparecencia, el fiscal jefe de Madrid, Mariano Fernández-Bermejo indicó que Rubio respondió con "evasivas" y "silencios clamorosos". "Me refiero a silencios sonoros, no a pérdidas de memoria" puntualizó. Con todo, consideró que el interrogatorio en líneas generales fue "satisfactorio" y añadió que la investigación "va muy rápida".

Mientras, el abogado Marcos García Montes, en representación de los empresarios Christian Jiménez y José María Ruiz Mateos, que ejercen la acción popular en el caso Ibercorp, presentó ayer una querella contra Rubio y De la Concha.

La querella acusa a ambos de delitos contra la Hacienda Pública, falsedad documental y maquinación para alterar el precio de las cosas. El escrito presentado solicita que declaren en el caso Felipe González, Carlos Solchaga y todos los ministros entre 1986 y 1992.

Mañana o el jueves, la Mesa del Congreso estudiará la petición de los grupos parlamentarios y se aprobará la comisión de investigación. Las comparecencias solicitadas hasta ahora son: la del ministro de Economía, Pedro Solbes; la del presidente de la Comisión de Valores, Luis Carlos Croissier, y la de Carlos Solchaga, ex ministro de Economía.

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