Los socialistas argelinos intentan formar un frente de oposición pacífica
Los socialistas argelinos, aglutinados en el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS) que dirige Ait Ahmed, han hecho un llamamiento a la población para que se oponga de manera pacifica a los "proyectos totalitarios". Con este llamamiento, el FFS sale de un aparente mutismo, en el que se ha sumido durante los últimos meses, y trata de impulsar una tercera vía entre el integrismo radical y la represión a ultranza. El FFS pide a los argelinos "organizarse pacíficamente para hacer frente a los proyectos totalitarios" e "imponer el retorno a la paz civil, dentro del respeto de los valores democráticos".
El FFS considera que la política de represión impulsada desde el Gobierno durante los dos últimos meses favorece el monopolio de la oposición en favor del integrismo radical y violento y "abre la vía a una dinámica incontrolable, que compromete gravemente la existencia misma de Argelia". Los socialistas se preguntan sobre "la actitud conciliadora de la comunidad internacional ante el poder autoritario y la oposición integrista".La pregunta del aparato político del FFS coincide con unas declaraciones efectuadas desde el exilio por Ait Ahmed, quien el pasado 26 de marzo solicitó a los países occidentales "salir de su silencio" e intervenir en la crisis argelina para evitar lo sucedido en la antigua Yugoslavia.
Dentro de esta estrategia, el ala socialista del Movimiento Cultural Bereber ha convocado para el próximo 20 de abril en Argel una huelga general y una manifestación nacional, en la que además de reclamar el bereber como lengua estatal pide el fin de la violencia, la recuperación de las libertades públicas y democráticas y el respeto a los derechos del hombre.
La movilización coincide con el 14 aniversario de la primavera bereber, efectuada en Tizi Uzu y que fue duramente reprimida. El comunicado de los socialistas es una respuesta clara a la soflama efectuada por el dirigente ultra Said Saadi, quien la semana pasada propugnó de una manera clara la solución armada a través de una entrevista publicada por la prensa francesa.
Comités de autodefensa
Saadi aseguró que el pueblo estaba indefenso, reclamó la formación de comités de autodefensa popular armados para combatir al mismo tiempo al régimen y al integrismo, oponiéndose de esta manera a cualquier tipo de solución pactada y de diálogo entre ambos. Saadi pidió también que Francia y Europa dejen de conceder créditos financieros al poder, ya que en su opinión esto es como hacer "una trasfusión a un cadáver".
Mientras, el régimen argelino recupera sobre el terreno la iniciativa policial y militar, desempolvando así la política de represión hasta sus últimas consecuencias que caracterizó el anterior mandato del Alto Comité de Estado, y que el presidente Liamine Zerual trató de mitigar en favor de una solución política y del diálogo con los integristas moderados del Frente Islámico de Salvación (FIS).
El máximo responsable de estas operaciones militares es el general Mohamed Lamari, jefe del Estado Mayor, quien desde el pasado 21 de marzo detenta poderes especiales. Lamari está considerado como un militar duro. Como consecuencia de las operaciones dirigidas por él, cerca de 400 islamistas han muerto en sólo cuatro semanas (20 de ellos durante el pasado fin de semana), según fuentes oficiosas. Según datos oficiales, las fuerzas del orden habrían registrado sólo quince bajas. Otros 62 civiles, entre ellos, tres adolescentes, habrían sido asesinados en el mismo periodo de tiempo.
