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Redondo advierte al Gobierno que está quebrando a la izquierda y favoreciendo el triunfo de la derecha

Javier Rivas

Setenta y dos horas antes de que el Pleno del Congreso debata el primero de los tres proyectos de ley de la reforma laboral, los líderes sindicales hicieron ayer en la Cámara baja un postrero esfuerzo para que la mayoría asuma sus argumentos. Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez, sin ocultar su falta de esperanza en que ese cambio vaya a darse, insistieron en que aún no es demasiado tarde para consensuar una reforma que no suponga la fractura "radical" del modelo social. El líder de UGT lanzó un mensaje a los oídos socialistas en vísperas del congreso federal del PSOE: la reforma del Gobierno no sólo deja maltrechos a los sindicatos, sino que va a quebrar a la izquierda y a favorecer las perspectivas electorales de la derecha.

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Redondo y Antonio Gutiérrez, secretario general de CC OO, se presentaron en la Comisión de Política Social y Empleo del Congreso con la pretensión, que ellos mismos consideraban casi irrealizable, de que el trámite parlamentario sirva aún para aceptar sus propuestas y cambiar de sentido la reforma laboral."Todavía estamos a tiempo; hemos presentado propuestas para el acuerdo, y se puede reformar el mercado de trabajo de forma consensuada", manifestó Redondo. "No llegar a un consenso es un auténtico disparate", señaló Gutiérrez. Ambas comparecencias fueron solicitadas por el grupo de IU-IC.

El tiempo corre contra las intenciones de los líderes sindicales -que insistieron en su disposición al diálogo-, pues el jueves el pleno del Congreso verá el proyecto de ley de Medidas Urgentes de Fomento de la Ocupación, primero de los tres que integran la reforma laboral.

Las intervenciones de los portavoces de los grupos en la comisión dejaron patente que las posiciones siguen exactamente donde estaban: apoyo a los sindicatos de IU-IC y Coalición Canaria, defensa de la reforma por los socialistas y, en lo sustancial, por CIU, y defensa de iniciativas propias del PP, que no comulga con las intenciones sindicales.

Redondo, en un discurso con bastante carga ideológica, además de recordar los males que su sindicato ve en una "contrarreforma" que, en su opinion, no va a servir para crear empleo, lanzó un mensaje dirigido claramente a los diputados socialistas y al PSOE en su conjunto: con sus propuestas, el Gobierno está dejando maltrecha, en el presente y en el futuro, a la izquierda nacional y favoreciendo al electorado de la derecha a base de privilegiar a unos ciudadanos mientras se sacrifica a otros. "Una de las reivindicaciones fundamentales del futuro de la izquierda será volver a lo que ustedes graciosamente están entregando", recalcó.

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Huelga del 27-E

El líder ugetista citó la huelga general del 27-E y diversas encuestas publicadas para dejar patente que la mayoría del pueblo español se opone a la propuesta sancionada ampliamente por el Parlamento cuando convalidó primero el decreto ley de medidas urgentes de fomento de la ocupación y rechazó después las enmiendas a la totalidad de IU y Coalición Canaria.

Redondo espetó a los parlamentarios que, si están convencidos de su sintonía con la sociedad y de que los sindicatos se han equivocado, por qué no se ha alzado ninguna voz reclamando un referéndum sobre las iniciativas del Gobierno.

A las críticas del representante de CIU, Rafael Hinojosa, por la falta de propuestas sindicales en la negociación previa con el Gobierno, Redondo respondió mostrando su temor de que las centrales hayan sido sólo convidados de piedra a efectos de imagen pública. "El Gobierno estaba más interesado en un acuerdo con CiU que en un acuerdo social. El interés fundamental era la mesa con ustedes, no la otra".

Gutiérrez puso de relieve que la reforma "leguleya" no sólo va a abrir un grave conflicto social y a causar mayor tensión en todos los ámbitos de la vida laboral, sino,que, además, los puntos que se suponían, la fomentaban, como que iba a crear más empleo o a favorecer las inversiones, se están demostrando equivocados.

El secretario general de CC OO abundó en que esta reforma debilita gravemente la cultura del Estado de bienestar sustituyendo el trabajo por el simple valor del mercado que, más temprano que tarde, va a determinar también todas, las prestaciones.

Gutiérrez mostró su preocupación porque sigue sin desarrollarse una verdadera democracia industrial, mientras que se ha pasado, en un "serio retroceso", del autoritarismo franquista a la desregulación laboral.

Compareció también en la mañana de ayer el secretario general de la Unión Sindical Obrera, Manuel Zaguirre, a petición del Grupo Catalán. CiU ha sido la formación que más ha cuestionado la nueva regulación de las elecciones sindicales pactada por las dos centrales mayoritarias con el Gobierno. Zaguirre señaló que este cambio está pensado 11 para un noviazgo entre UGT y CC OO que concluya en boda. Pero si no fuera así, y hay datos, esa electoralización sería un infierno con graves efectos de inestabilidad".

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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