Sexo y política
No comprendo que a estas alturas de la historia se sigan teniendo tamaños prejuicios contra la libertad sexual de las personas y, en consecuencia, me causa perplejidad e indignación leer noticias como que el presidente de Austria (casado o separado) ve en entredicho su gestión política por su relación de pareja con una colaboradora, o que el presidente de Brasil (viudo) ha puesto en peligro el plan económico de su Gobierno por haber ligado con una modelo durante el carnaval, y tantos otros ejemplos de intransigencia por parte de la opinión pública como a menudo aparecen en los medios.Se trata de la vida de esas personas. La moral privada, con su conducta consiguiente y sus manifestaciones públicas, a no ser que sea delictiva, no tiene por qué ser juzgada hasta el punto de invalidar políticamente a personas que de lo que deben responder es de su gestión al frente de los asuntos públicos como cualquier profesional.
Me pregunto si realmente estamos en una sociedad racional, y laica, a las puertas del Siglo XXI, o hemos vuelto a los tiempos de la Inquisición y la caza de brujas, con una ola de puritanismo que quiere modelarnos a todos según normas rígidas y castrantes, denegadoras del gozo de vivir, cambiar, elegir, ser.
¿Dónde están los ideales del amor libre? ¿Qué ha sido de la libertad de la vida privada?.-