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Un juez absuelve a un hombre que se fue sin pagar de un hotel de lujo

Pasar cuatro noches en un hotel de lujo -por ejemplo, el Convención, en la calle de O'Donnell- y marcharse sin pagar 50.188 pesetas no es un delito de estafa. Eso sí, quien se atreva a hacerlo debe aparentar al menos que su intención era pagar y que en su ánimo no cabía el engaño. Así lo ha entendido, basándose en la jurisprudencia del Tribunal Supremo, un juez de la plaza de Castilla de Madrid.Una sentencia de este magistrado le ha venido de perlas a Luis F. B. A., que no tiene antecedentes penales. Luis durmió en la habitación 7120 del Convención los días 18, 19, 20 y 21 de febrero de 1992. Dejó una factura de 50.188 pesetas y se "comprometió a pagarla posteriormente". Al final no lo hizo, y el hotel le denunció por estafa.

El fiscal le pidió dos meses de cárcel en el juicio. El juez, sin embargo, entiende que no existió "una actuación engañosa" del acusado. 0 sea, que no se escabulló, y que en su ánimo no existió un afán "defraudatorio" ni ánimo de lucro personal.

El magistrado se basa en los signos externos, en la actitud que mostró el cliente al concluir su estancia en el hotel, para zanjar que "su conducta no fue subrepticia ni clandestina". Es más, "reconoce su deuda". No se fue del hotel por las buenas; por el contrario, dejó su carné de conducir "para garantizar que volvería".

Lo cierto es que no volvió. Y tampoco es menos cierto, explica el magistrado, "que ha estado conduciendo sin carné desde el 20 de febrero de 1992 hasta el 18 de noviembre de l993", fecha en que se celebró la vista oral, explica el juez. Ese día lo recuperó.

El impago de esa cantidad constituye "un incumplimiento del contrato civil", pero no un delito de estafa. Si el hotel quiere recuperar esa cantidad, tendrá que acudir a los juzgados de lo civil, no a los penales.

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Reservas sospechosas

Francisco Méndez, director del hotel Convención, de cuatro estrellas, aseguró a EL PAÍS que desconocía la sentencia y el caso concreto de Luis, un vecino de Puertollano (Ciudad Real). Según él, "con cierta frecuencia" se dan casos de gente que se va sin pagar. Los empleados de los hoteles, sin embargo, ya están de vuelta de muchas cosas.

Los clientes que revisten peligro son los que hacen la reserva directamente en el mostrador y sobre la marcha; la mayoría proviene de agencias, afirma Mar Zamora, portavoz de la Federación Española de Hoteles.

Le extraña a Mar Zamora la sentencia que absuelve a Luis F. B. A. "Ese señor ha tenido suerte", subraya. No obstante, también le parece una exageración que el fiscal le pidiese dos meses de cárcel. A los que no tienen intención de pagar se les nota enseguida: en poco tiempo hacen mucho gasto dentro del hotel con cargo a la habitación: desayunan, almuerzan y cenan. Quien viene de viaje de trabajo, por lo general, duerme en el hotel y sale fuera para comer.

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