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La ciudad francesa de La Rochelle pone en marcha la primera red de suministro de coches eléctricos

El Ayuntamiento ofrece en alquiler a los vecinos 50 vehículos impulsados con esta energía

Hasta ahora el coche eléctrico ha sido la eterna serpiente de verano de todos los salones del automóvil. A su muy escasa velocidad punta había que añadir su precio elevado y la imposibilidad de recargar las baterías cada vez que fuese necesario. Desde el lunes, 50 coches eléctricos -25 Citroén AX y 25 Peugeot 106- ruedan por las calles de La Rochelle. Sus poseedores son 30 particulares, que pagan entre 900 y 1.000 francos al mes -entre 22.000 y 25.000 pesetas- para disponer durante un año y medio de un coche que no contamina y que alcanza los 100 kilómetros por hora.

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El precio del alquiler incluye el seguro, las hipotéticas reparaciones y un coche de recambio en el caso de que no marchase de manera satisfactoria el entregado el día 13. Los otros 20 Citroën y Peugeot han quedado en manos de empresas -la compañía de electricidad, Correos, etcétera- del propio Ayuntamiento.Por primera vez una ciudad -La Rochelle y su entorno tienen 110.000 habitantes- pone a la disposición de los usuarios los servicios necesarios para experimentar una utopía. "Cada 15 años debíamos restaurar y limpiar los monumentos de la ciudad debido a los gases de los coches", explica Maxime Bono, adjunto al alcalde, que espera poder ofrecer "dentro de poco tiempo, a todo aquel que llegue a La Rochelle en tren, avión, barco o coche de motor térmico, la posibilidad de alquilar uno eléctrico, cuya utilización se pagará a través de una carta magnética, semejante a la empleada en los teléfonos públicos, y que servirá para tener acceso a los postes de energía especiales que ofrece la ciudad".

El alcalde, y ex ministro del Medio Ambiente Michel Crepau, cuando se refiere a los 30 candidatos a alquilar coches habla indistintamente de "cobayas o pioneros".

Limpio y barato

El señor Ronaut, uno de esos "pioneros", explica por qué presentó su candidatura: "Ya tenía dos coches, pero el segundo se estaba quedando muy viejo: gastaba mucha gasolina, había que llevarlo a menudo al mecánico, era una ruina. El coche eléctrico es barato y limpio. Basta con hacer 7.500 kilómetros al año para que me resulte más económico que el otro. Eso sí, hay que contar con que no hay que hacer más de 100 kilómetros en un día, lo cual significa que ir y volver a casa de mi madre, que vive a 45 kilómetro de la mía, en un solo día, equivale a arriesgarse a que darse tirado. Es un coche urbano".Para Pierre Menagere, presidente de Electricidad de Francia (EDF), la compañía estatal de electricidad, "de lo que se trata ahora es de transformar la ecología en una ventaja industrial. Nuestros postes de recarga eléctrica tenían que satisfacer tres criterios básicos: seguridad, estética y economía. Luego había que comprometerse en crear una red de postes o bornes públicos.

Para quienes tienen aparcamiento propio es muy fácil conectar a la red y aprovechar la noche, cuando la energía es más barata, para repostar, pero para los demás hacen falta postes en varios sitios. En La Rochelle hemos instalado nueve. Y había que inventar también los postes de carga rápida, de los que sólo hay tres y están en las estaciones de servicio. Sirven para los casos de urgencia, para salir del paso cuando te quedas sin energía".

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