_
_
_
_

Yeltsin ordena al Ejército disparar para defenderse

El territorio ocupado por el Parlamento y sus inmediaciones, declarado "zona de gran peligro"

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, espoleado por el resultado de dos muertos con el que concluyó la excursión de un grupo armado leal al Legislativo, estrechó ayer el cerco en tomo al Parlamento, que fue acordonado por miles de soldados de refuerzo del Ministerio del Interior, especialmente llegados a Moscú, para acabar con el último reducto de la resistencia al líder ruso. Yeltsin parecía dispuesto a dejar que el Parlamento, donde ayer reinaba una atmósfera de absurda y total irrealidad, cayera por su propio peso como fruta madura, y no a tomarlo por asalto, tal como decían temer muchos de sus ocupantes. El Ministerio de Defensa y el del, Interior han autorizado a sus hombres a "disparar a matar sin advertencia previa" en caso de ser atacados.

En un decreto promulgado ayer, el presidente ordenó a los ministerios del Interior y de Defensa que tomaran medidas para confiscar las armas a los que montan guardia junto al Parlamento. Durante la jornada desaparecieron de la vista del público las metralletas que muchos de los guardianes de la Casa Blanca [sede del Parlamento] llevaban al hombro en los días anteriores.Un hombre uniformado, que se presentó como el coronel Martínov, aseguró que el general Viacheslav Achálov, nombrado ministro de Defensa por el Parlamento, había ordenado a los voluntarios que entregaran las armas. Esta información fue reiterada por el líder del Partido Comunista Ruso, Guennadi Ziugánov, pero desmentida por un asesor de Achálov. Antes, el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, había dado un plazo de una hora para desarmarse.

El departamento de Vigilancia del Sóviet Supremo, que se había sometido hasta ayer a los dirigentes de este organismo, fue subordinado de nuevo al Ministerio del Interior por el presidente Yeltsin.

El territorio formado por la Casa Blanca y sus inmediaciones ha sido declarado "zona de gran peligro", según manifestó Luzhkov, que, conjuntamente con el responsable de la Seguridad de Moscú, Yevgueni Sevastiánov, anunció un conjunto de medidas para reforzar la seguridad. Entre ellas está el incremento de la vigilancia de los puntos que puedan ser de interés para los partidarios del Parlamento, la organización de redadas con objeto de detener a delincuentes, especialmente forasteros, el reforzamiento de la vigilancia en estaciones, aeropuertos y carreteras.

La tensión se relajó ayer en Moscú, a pesar de dos pequeños enfrentamientos entre la policía y partidarios del Parlamento. Dos manifestantes resultaron heridos junto a la estación de metro Krasnopresnenkaia, según informa France Presse. En otro incidente, un manifestante resultó herido en las cercanías del edificio del Parlamento.

Los agentes de las tropas de Interior que ayer acordonaron el Parlamento permitieron la salida de gente de la zona y restringieron al máximo la entrada en ella, con objeto de vaciar el foco de conflicto, adonde, por la mañana, habían llegado contingentes de voluntarios procedentes de diversas ciudades rusas. El ministro del Interior, Víktor Yerin, dijo que se habían traído de 3.000 a 5.000 personas de la policía y tropas del Interior a Moscú y podían llegar más en caso de necesidad. Vecinos de una céntrica calle de Moscú en la ruta desde el centro a la Casa Blanca vieron pasar una veintena de camiones del Ministerio del Interior. Las unidades del Ejército convocadas a la capital pertenecen al cuerpo de paracaidistas y a la infantería motorizada y su fin, según el ministro de Defensa, Pável Grachov, es vigilar las instalaciones militares.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El Congreso de los Diputados votó ayer para convocar elecciones anticipadas simultáneas para elegir nuevo Parlamento y presidente en marzo de 1994, lo que supone un intento de compromiso (posiblemente tardío) con las fechas decretadas por Yeltsin: diciembre próximo para las elecciones legislativas y junio para las elecciones presidenciales. Algunos pensaban que la destitución de Jasbulátov como jefe del Parlamento podría facilitar el compromiso. Veniamín Sokolov, presidente de una cámara del Sóviet Supremo, dijo ayer que Jasbulátov había agotado sus posibilidades.

Los sangrientos sucesos de la noche anterior transformaron el vocabulario del equipo presidencial. El jefe del Parlamento, Ruslán Jasbulátov, y el vicepresidente, Alexándr Rutskói, que hasta el jueves recibieron el tratamiento de ex dirigentes rusos, pasaron a ser delincuentes para Vladímir Shumeiko, el primer viceministro. "Con los delincuentes no puede haber ningún compromiso", dijo Shumeiko categóricamente.

El superparlamento abordaba ayer los temas más peregrinos como si estuviera reunido en una sesión normal y en un día normal y se resistía a reconocer su aislamiento y su fracaso. Privados de toda comunicación telefónica, sin agua caliente ni fría, los diputados barajaban cifras irreales sobre el número de territorios que supuestamente les apoyaban y los miles de personas que estarían dispuestos a salir a la calle tras ellos. Cuando los parlamentarios se despedían cortaron la luz en todo el edificio. La gran mole de la Casa Blanca quedó completamente a oscuras.

Órgano del Sóviet Supremo

El diario Rossískaya Gazeta, el órgano del Sóviet Supremo, no salió ayer a la calle, y el Gobierno cortó por lo sano posibles alianzas, eliminando las comunicaciones especiales de las que aún disponían los ex sindicatos oficiales soviéticos.

En un intento de comprar a los diputados, Alexéi Surkov, exdiputado allegado al presidente, anunció que hay 300 puestos libres en los órganos federales a disposición de los legisladores que acepten el nuevo orden ruso.

Ayer continuaban las deserciones de los diputados, asustados por el cariz que tomaban los acontecimientos. Una de las bajas más importantes para el frente antiyeltsinista fue la de Evgueni Ambartsúmov, el presidente de la Comisión Internacional, que abandonó su cargo y sus aposentos. Ambartsúmov se unía así a Serguéi Stepashin, el jefe de la Comisión de Defensa, y a Alexandr Pochinok, que dirigía la Comisión de Presupuestos. Stepashin fue nombrado viceministro de Seguridad y Poshinok de Finanzas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_