1.000 granadas de mortero caen sobre Sarajevo

Más de 1.000 proyectiles de obuses llovieron ayer sobre Sarajevo, la capital de Bosnia, cercada por los radicales serbios desde hace 15 meses, según informaron las fuerzas de protección de la ONU (Unprofor). Los violentos bombardeos comenzaron ayer de madrugada, y anoche el resultado era de seis muertos y 27 heridos. La calma había vuelto en la ciudad al caer la noche. En el barrio viejo de Sarajevo se produjeron choques entre la policía militar y unidades leales al comandante Musan Topalovic, jefe de, la 10ª Brigada de Montaña.

Los enfrentamientos empezaron tras la detención de uno de los ayudantes de Topalovic, Senad Pecar. Hombres de Topalovic levantaron barricadas en las calles de la ciudad, y sus fuerzas fueron rodeadas por la policía militar con el apoyo de vehículos blindados. El comandante Topalovic, quien está considerado como un duro dentro del abanico político bosnio, dirigió el fracasado ataque contra una zona estratégica bajo control serbio en las montañas próximas a Sarajevo, que produjo numerosos muertos. Los incidentes terminaron tras la puesta en libertad de Pecar.El Gobierno bosnio se reunió ayer en el edificio de la presidencia para estudiar la situación, al tiempo que también lo hacía con sus capitanes el recién nombrado comandante del Ejército bosnio, Rasim Delic, informa Reuter.

Después de varios días de relativa tranquilidad, con las ya casi naturales amarguras para la vida que supone un cerco que nadie quería imaginar en la capital bosnia en abril de 1992, cuando las milicias del líder serbio Radovan Karadzic dispararon contra una manifestación en favor de la independencia, Sarajevo volvió ayer a sufrir fuego de morteros y de francotiradores. El portavoz de las fuerzas de las Naciones Unidas afirmó ayer respecto de los bombardeos contra Sarajevo que se habían registrado más de 1.000 explosiones.

Dramatismo en Srebrenica

Aunque los serbios que rodeaban el enclave de Srebrenica desde los primeros meses de la guerra, en la primavera de 1992, han cesado en sus bombardeos, el cerco militar a que tienen sometida la ciudad y las dificultades que siembran diariamente para la reanudación del servicio de agua y de electricidad están poniendo a los miles de refugiados y residentes en una posición crítica.

En Srebrenica, uno de los seis enclaves declarados el pasado 6 de mayo por las Naciones Unidas como zonas bajo su protección, la situación se vuelve cada día más dramática. La medida de la ONU, que para algunos observadores suponía la consagración de la limpieza étnica y la creación de guetos en el interior de Bosnia, se ha revelado ineficaz. Fuentes de las Naciones Unidas revelaron ayer que están estudiando alguna fórmula para aliviar la situación de miles de refugiados y de habitantes de la ciudad, entre las que no se descarta la evacuación.

También Gorazde, otro de los enclaves protegidos por la ONU en el este de Bosnia, sufre estos días intensos bombardeos por parte de las milicias serbias. Fuentes británicas en Vitez señalaron hasta un total de 141 impactos de mortero durante el pasado viernes.

Mientras la comunidad internacional se ve incapaz de tomar medidas que supongan pasos efectivos hacia el final de la guerra, los frentes de batalla se recargan y multiplican. El ministro español de Defensa, Julián García Vargas, aseguró recientemente que los miembros de la Agrupación Canarias no pueden seguir desarrollando las tareas para las que fueron desplegados en Mostar y Jablanica, al sur de Bosnia, junto al río Neretva.

El Consejo de Defensa Croata (HVO), responsable directo de la muerte de dos oficiales españoles en la zona, amenazó el jueves con disparar a matar, sin previo aviso, a los cascos azules españoles.

El destacamento avanzado español en Jablanica tuvo que pasar la noche a cubierto ante la lluvia de granadas y fuego de armas ligeras que cayó sobre la ciudad, bajo control musulmán, pero, en disputa con los croatas del HVO. En Mostar, de donde los soldados españoles se han retirado como medida preventiva, volvieron ayer a registrarse fuertes combates entre croatas y musulmanes al sur de la ciudad.

Zona de Vitez

En la zona de Vitez, en el centro de Bosnia, donde se encuentran emplazados los cascos azules británicos, la noche fue intensa en los frentes abiertos entre la Armija (Ejército) bosnia y los miembros del HVO croata, antiguos aliados de los musulmanes, que han decidido unirse a los serbios con la idea final de repartirse Bosnia.

La carretera entre Zenica y Travnik fue cortada ayer con camiones, troncos y minas. El paso de los convoyes humanitarios quedó interrumpido. Fuentes británicas aseguraron que se libraban combates en la zona de Novi Travnik, al este de Vitez, y que el tráfico de vehículos sin blindaje había sido cortado. Por otro lado, la Comunidad Europea (CE) está dispuesta a convocar una nueva conferencia internacional de paz para tratar de solucionar el conflicto de Bosnia-Herzegovina, según declaró ayer el ministro alemán de Exteriores, Klaus Kinkel, informa la agencia France Presse. "He dicho siempre", declara al diario alemán General Anzeiger, "que debemos organizar una segunda conferencia de Londres. La situación de las negociaciones cambia todos los días en Ginebra, y no es sólo por culpa de la delegación musulmana".