El Papa denuncia la "potencia opresora" de la Mafia"
Juan Pablo II pidió ayer en Trapani, una ciudad siciliana azotada desde hace siglos por el crimen organizado, "valentía" para luchar contra la Mafia y aseguró que ésta se origina en el poder que el diablo tiene sobre la conciencia del hombre. En el discurso pronunciado durante la misa, destacó que "la tremenda progresión" del engaño demoniaco "desencadena terribles potencias opresoras, formas de crimen organizado que mortifican y destrozan las conciencias".
Juan Pablo II inició así una gira de cuatro días por la isla, durante la que pronunciará 17 discursos en cinco localidades muy caracterizadas por la presencia mafiosa, como son la ya citada Trapani, Erice, Mazara del Vallo, Agrigento y Caltanisetta. El viaje no incluye a ninguna de las dos grandes ciudades sicilianas, Catania y Palermo. Varios miles de policías han sido desplegados en las zonas indicadas para atender a un espectacular plan de seguridad que integra asimismo al Ejército.La visita del Papa ha estado precedida de la polémica surgida por las denuncias sobre la tibieza tradicional de la Iglesia frente a la Mafia.
"Que nuestra Iglesia sea en Sicilia un signo mejor de esperanza, espejo de justicia, de amor por el que sufre", ha escrito Agnese Leto, la viuda del difunto juez Paolo Borsellino, en una carta al periódico oficial del Vaticano. También se ha manifestado en ese mismo sentido Maria Falcone, la hermana del otro magistrado asesinado por la Mafia hace un año.
El nuevo Gobierno de Carlo Azeglio Ciampi sigue destacando la lucha contra la delincuencia organizada entre sus grandes prioridades. Ciampi obtuvo el viernes la confianza de la Cámara de los Diputados, con 309 votos a favor (de democristianos, socialistas, socialdemócratas, liberales, radicales y del ex democristiano Mario Segni), 60 en contra (de comunistas y neofascistas) y 185 abstenciones (de ex comunistas, Liga Norte, republicanos y verdes).
El único voto contrario a Ciampi en las filas del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), ex comunista, fue el de Clara Ingrao, la hija del líder izquierdista Pietro Ingrao.
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