_
_
_
_

El Gobierno japonés ultima el nuevo plan de reactivación de 13 billones de pesetas

Juan Jesús Aznárez

El Gobierno japonés ultima una masiva y polémica ampliación presupuestaria, que puede alcanzar los 114.000 millones de dólares (más de 13 billones de pesetas), para combatir la recesión y reducir su abultado superávit comercial con Estados Unidos y Europa. E' debate se centra en la reducción de impuestos para estimular la demanda interna. Mientras tanto, la principal coincidencia entre la comunidad empresarial nipona es que el deterioro económico tocó fondo y por tanto es de esperar una evolución positiva de los indicadores.

El gobernador del Banco de Japón, Yasushi Mieno, ha sido más concreto al anunciar una visible recuperación de la economía en su conjunto a lo largo de los seis próximos meses. En el mismo sentido se manifestó el miércoles pasado el Ministerio de Finanzas que avanza signos de recuperación económica, pero aboga por el plan presupuestario de relanzamiento para tener la certeza de que "esa reactivación será sólida". Psicológicamente al menos, la inversión del proceso, aunque prudente, parece cierta.Las medidas debatidas por los ministerios económicos del Gobierno de Kiichi M¡yazawa con los expertos del partido liberal y representantes de la industria y la banca superarán en envergadura a las aprobadas en agosto del pasado año, presupuestadas en aproximadamente 90.000 millones de dólares. De acuerdo con las informaciones filtradas a la prensa local, la ampliación oscilará entre 105.000 y 114.000 millones de dólares, destinados fundamentalmente a obras públicas, compra de equipos médicos, o la dotación de ordenadores a los centros escolares nacionales.

El presupuesto estatal 1993-94, que logró luz verde parlamentaria, asciende a 635.000 millones de dólares, e incluye ya iniciativas de estimulación, pero el Gobierno intenta comprometer a la oposición en ulteriores desembolsos que apuntillen la que quizás sea peor crisis económica japonesa de posguerra. Los socialistas mantienen ahora reuniones de última hora con los representantes gubernamentales a fin de introducir en el paquete de medidas sus criterios favorables a un recorte en el impuesto sobre la renta.

"Estamos dispuestos a autorizar cualquier iniciativa complementaria que nos ayude a salir del bache", dijeron fuentes oficiales. Representantes empresariales y analistas occidentales observaron, sin embargo, que de las multimillonarias y complejas cifras en danza, menos de la mitad se destinarán a la directa promoción del crecimiento económico. El resto se dedicará a facilitar la concesión de préstamos a bajo interés por el sistema de ahorro postal, garantizar la compra de suelo por gobiernos provinciales o a la terminación de proyectos públicos en marcha. "Hay un límite en la cantidad que el Gobierno puede gastar en obras pública", subrayó un portavoz del Ministerio de Finanzas.

Los liberales descartan, en principio, un cambio en el impuesto sobre la renta. El primer ministro viaja a Estados Unidos la semana próxima. La entrevista con el presidente Bill Clinton tendrá lugar el día 16. Para entonces se habrán publicado las líneas maestras de un plan destinado a lograr el crecimiento a través de una mayor demanda interna, fórmula que interesa a Washington para reducir su déficit comercial con Japón.

Importar más

"Estoy seguro de que el presidente Clinton encontrará satisfactorias las medidas", dijo Miyazawa en una conferencia de prensa. Se trata de que este país exporte menos e importe más. Y después, que los japoneses consuman las importaciones. Para ello la oposición propone una menor retención salarial, punto polémico entre los redactores del plan. Hiroshi Mitsuzuka, uno de los principales expertos del partido en el poder, jefe del equipo que diseña la política contra la recesión, piensa que otras medidas fiscales serán más efectivas.

El Ministerio de Finanzas sostiene que en estos momentos los japoneses se inclinarían más por el ahorro del incremento salarial que por su consumo. Las intenciones son estudiar ese punto en un contexto más amplio y a largo plazo. Se trataría de favorecer a los salarios medios en la retención, pero aumentar paralelamente el impuesto sobre el consumo, actualmente situado en el 3%. Tampoco sería de extrañar que esta liberalización salarial fuera anunciada a finales de año, cuando M¡yazawa tiene que convocar elecciones.

Un portavoz del Banco de Japón estimó que los movimientos alcistas en la Bolsa de Tokio, con cotizaciones no conocidas desde hace un año, las esperanzas depositadas en el paquete gubernamental y el dinamismo en el sector de la construcción, han sido factores importantes en el optimismo detectado en la comunidad empresarial. "Pero es muy pronto todavía para concluir con una valoración definitiva de la situación. La debilidad de algunos indicadores economicos es manifiesta", dijo Tatsuya Tamura. En esta apreciación coincide la Agencia de Planificación Económica, al indicar que "es cierto que se ve alguna luz en ciertos sectores, pero no se registra fuertes movimientos en el cojunto". La meta del Gobierno es crecer tres puntos pero las previsiones de expertos fuera de la Administración sitúan el aumento posible entre uno y dos puntos y medio.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_