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Refuerzos croatas y musulmanes acuden a Turbe para defender la ciudad

ENVIADOESPECIALNuevos refuerzos croatas y musulmanes llegaron ayer desde Kiseljak al frente de Turbe, que, junto a Gradacac y Maglaj, en el norte de Bosnia-Herzegovina, eran ayer los escenarios de los combates más violentos, mientras desde Tuzla, en el centro de la república, se emitían noticias muy confusas sobre un posible escape de cloro del complejo químico de esta ciudad. La OTAN anunció ayer que sus barcos comenzarán hoy a reforzar el embargo naval contra Serbia.

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Algunos medios habían informado ayer de impactos de granadas de artillería sobre los depósitos de esta inmensa fábrica química. Un escape de las existencias de cloro y otros gases almacenados en esta inmensa factoría de fertilizantes y otros productos químicos pondría en peligro la vida y salud de centenares de miles de habitantes de Bosnia septentrional, Croacia, Serbia y hasta Hungría. Otras informaciones confirmaban un ataque con granadas, pero negaban rotundamente cualquier pérdida de gases tóxicos.Entretanto, los combates en diversos puntos de Bosnia eran ayer intensos. En la Herzegovina, zona de despliegue del contingente español, las acciones bélicas se limitaban a las regiones montañosas en tomo a Stolac y Trebinje, que se hallan muy alejadas del corredor utilizado por el Ejército español para el suministro de ayuda humanitaria a las bolsas de refugiados creadas por los asedios de las fuerzas serbias. El corredor funcionó ayer de nuevo a la perfección y el tráfico de convoyes desde Metkovic hasta Kiseljak resultó fluido.

En las devastadas aldeas ribereñas del río Neretva, la población había salido a gozar del día de sol otoñal. Habitantes de Caplinja y las aldeas cercanas a Mostar manifestaban ayer su gratitud por la apertura del corredor y la relativa calma en que se encuentra desde hace varios días.

Fuentes militares croatas, sin embargo, señalaron que, sin querer devaluar la intervención del general español Martínez Coll y el efecto de la presencia de las tropas españolas, esta escasez de ataques a la carretera del Neretva se debía ante todo a los considerables avances logrados por las fuerzas croatas la semana pasada en la Herzegovina oriental.

Otros acontecimientos fuera de la región de despliegue de los cascos azules españoles podrían, sin embargo, en los próximos días, poner fin a su ya casi rutinaria efectividad. La caída de la ciudad de Turbe, sometida a un violentísimo ataque, podría ser cuestión de horas o días y, de producirse, supondría la huida en masa de varias decenas de miles de refugiados, en su mayoría musulmanes. Éstos acabarían con gran seguridad en Jablanica, donde las fuerzas españolas tienen uno de sus cuarteles avanzados.

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