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Un huésped de una pensión cae de su habitación al piso inferior al hundirse el suelo

Ángeles Arroyo, inquilina de¡ tercer piso de un edificio de la calle de Atocha, oyó un estruendo y un grito. Abrió la puerta de la habitación y se encontró con un hombre en el suelo quejándose dolorido y rodeado de cascotes. Era Chyster Mandin, un joven de 19 años de Guinea-Bissau que se disponía a dormir en su habitación, justo en el piso de arriba, cuando se abrió un boquete bajo sus pies. El muchacho sufre contusiones.

Chyster Mandin estaba hospedado en la pensión Niño, situada en el número 113 de la calle de Atocha, y los hechos ocurrieron en la medianoche del lunes. Tras el susto sufrido por la vecina de abajo fueron avisados la Policía Municipal, la Nacional y los bomberos, y Mandin fue trasladado al hospital Doce de Octubre, donde poco después le dieron el alta.Hace un año, la Gerencia Municipal de Urbanismo apuntaló tres plantas de este edificio, habitado por inquilinos con rentas bajas, al descubrir que numerosas vigas estaban podridas, y obligó a los propietarios a realizar obras de reforma. La retirada de estas vigas podridas y su sustitución por otras nuevas se ha realizado sin fijar los apuntalamientos necesarios. .

En la misma mañana del lunes, los operarios encargados de las obras de reforma del inmueble habían retirado una viga podrida del techo de la habitación, dejando un liviano apuntalamiento en un extremo como único soporte. "Yo me quedé asombrada al ver que la única separación entre el piso de arriba y el nuestro era una fila de losetas, pero pensé que bastaría, aunque tenla mis dudas", explica Angeles Arroyo.

Obras paralizadas

Los técnicos de la Gerencia de Urbanismo que ayer visitaron el edificio paralizaron las obras porque "el apuntalamiento era insuficiente e incumplía las medidas de seguridad apropiadas para estructuras de madera". Obreros y técnicos del área de edificación deficiente de la gerencia se harán cargo hoy de los trabajos para garantizar la integridad del inmueble.Hace cuatro años, en este mismo edificio, el baño de la cuarta planta se desplomó sobre la tercera. En 1991, el Ayuntamiento conminó a la propiedad a apuntalar varios pisos y a hacer las reparaciones necesarias. Ante la pasividad de los propietarios, el Ayuntamiento apuntaló tres plantas. "Los propietarios nos impidieron acceder a otros pisos y dijeron que ellos se encargaban de todas las reformas", explica Fernando Macías, responsable de edificación deficiente. Esto fue hace un año. "Ahora, después de lo que ha pasado, tendrán que presentarnos su proyecto de obra", concluye.

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