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Corcuera acepta mas cambios a su ley, pero no le gusta la propuesta por el Defensor del Pueblo

Al ministro del Interior, José Luis Corcuera, no le ha hecho ninguna gracia la irrupción del Defensor del Pueblo en el debate sobre la Ley de Seguridad Ciudadana. Así lo dio a entender ayer al preguntarse si Álvaro Gil-Robles "le ha dicho a alguna portera" qué modificaciones deben hacerse en el proyecto para evitar la presentación por parte de la institución de un recurso de inconstitucionalidad. El responsable de Interior se mostró muy reticente sobre la posibilidad de introducir la "evidencia" de un delito como requisito previo a la entrada de la policía en un domicilio sin mandamiento judicial. El ministro manifestó, pese a todo, que aún son posibles acuerdos y transacciones en el Senado, donde el proyecto, ya aprobado en primera lectura por el Congreso de los Diputados, será debatido desde el próximo día 8. En charla animada e informal con un grupo de periodistas, se mostró muy evasivo sobre los cambios aceptables. "Todos aquellos", dijo, "que no dejen inermes ante la evidencia de un delito a las fuerzas de seguridad".Es patente el malestar del ministro por la participación del Defensor del Pueblo en la polémica sobre la ley. Preguntado por el cambio requerido por Gil-Robles para no presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional, Corcuera replicó con interrogantes. "¿Usted se lo ha oído decir? Yo no se lo he oído. A lo mejor se lo ha dicho a alguna portera".

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Evidencia

El ministro negó que Gil-Robles se haya dirigido al Gobierno para darle a conocer su criterio sobre la posible inconstitucionalidad del proyecto en su redacción actual. El Defensor del Pueblo quiere que conste expresamente el requisito de la "evidencia" de un delito para que la policía pueda penetrar en un domicilio sin orden judicial. El proyecto sólo exige "conocimiento fundado".Para Corcuera, el término evidencia es más restrictivo porque según el diccionario se refiere a lo que se está viendo en un momento dado. "Si un policía entra a un piso a comprar droga y al salir avisa a compañeros que esperan en la escalera, ya no hay evidencia. La ha habido, pero ya no la hay", explicó. "¿A usted le parece bien que la policía no pueda intervenir en ese caso?", preguntó a su vez al periodista.

El ministro insistió en hacer comprender los criterios de su departamento a base de ejemplos. Según él, el requisito de la evidencia quizá impediría intervenir a la policía ante los gritos de auxilio de una mujer ("o quizá podría ser un travestido, aún no habría evidencia") frente a un intento de violación. "SI aplican ustedes este criterio de la evidencia no sé si podrían salir los periódicos", ironizó.

Para Corcuera, la batalla de la opinión pública sobre la ley está ganada ("hay por ahí alguna encuesta reciente que lo dejabastante claro") y la resistencia fundamental procede del empecinamiento de los medios de comunicación. Algunos periodistas, según el ministro, obran de mala fe al denominar la ley con su apellido, "cuando es o va a ser una ley de la democracia", y al relacionarla con asuntos como el reciente patinazo policial -de Sevilla. "Pero si la ley no existe, si aún es un proyecto, cómo va a ser lo uno consecuencia de lo otro", exclama.

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El ministro también ironiza sobre el hecho de que la irrupción policial en la vivienda de Sevilla fue autorizada por un juez de la Audiencia Nacional. "Pues ése es el procedimiento que ustedes preconizan... Denme un solo argumento para demostrar que la autorización judicial evita un error como éste. No me dan ni uno, ni un argumento, porque no lo tienen", insistió.

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