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LA "LEY CORCUERA" Y LA LUCHA ANTIDROGA

La intervención del socialista Mohedano provoca los abucheos de la oposición

La intervención del diputado socialista José María Mohedano en defensa del proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana levantó el entusiasmo de su partido y las iras de los grupos de la oposición, algunos de los cuales lanzaron gritos de "fuera" y "al corral" dirigidos a Mohedano, quien atacó de forma contundente a los representantes de las otras formaciones políticas. Del Partido Popular (PP) dijo: "El que piensa no sale a hablar, el que habla no piensa y el resto ni habla ni piensa". Las enmiendas a la totalidad de la oposición las calificó de "pobres y demagógicas".

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Mohedano, ex presidente de la Asociación pro Derechos Humanos, descalificó las enmiendas a la totalidad, pero se mostró receptivo a la mejora técnica y política de la ley. Anunció que su grupo aceptará las enmiendas que mejoren el texto.El portavoz socialista, indicó que la ley es necesaria y oportuna, y la libertad prima sobre la seguridad, ya que ésta es un instrumento al servicio de la primera. Agregó que en los países democráticos de nuestro entorno disponen de leyes iguales a ésta y que siempre que se debaten normas que pueden afectar a las libertades se levantan recelos entre los jueces, catedráticos o abogados. Según Mohedano, la ley no instaura la retención ni la patada en la puerta, sino que estas acusaciones son meros pretextos para atacar al Gobierno.

Contra la oferta y la demanda

El portavoz socialista explicó que la ley es necesaria porque muchas materias que se regulan en ella, como espectáculos públicos o armas y explosivos, actualmente sólo tienen rango reglamentario y precisan de un rango superior. Dijo también que la ley es necesaria para reprimir el consumo público de droga, puesto que no sólo hay que luchar contra la oferta, sino también contra la demanda, y que para ello se ha optado por una triple vía: la sanción económica, dirigida a los consumidores no habituales y de alto poder adquisitivo; la suspensión de licencias y autorizaciones para aquellas personas que, por su profesión, ocasionen un peligro especial cuando consumen drogas, y medidas adicionales para deshabituación, destinadas a los toxicómanos.

Mohedano se opuso a la propuesta del PP de penalizar el consumo de droga, señalando que esto es convertir a los drogadictos en delincuentes. Se preguntó: "¿Vamos a llenar las cárceles de drogodependientes consumidores que son enfermos?". Acusó al PP de doble moral porque, según dijo, en todos los ayuntamientos en los que gobierna este partido se han paralizado los centros de desintoxicación.

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