Los policías Amedo y Domínguez, condenados a más de 100 años por seis asesinatos frustrados
Los policías José Amedo y Michel Domínguez, presuntos organizadores de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), serán condenados hoy a 17 años, 4 meses y 1 día de prisión por cada uno de los seis asesinatos frustrados en los que participaron como autores por inducción, según considera el tribunal de la Audiencia Nacional que les juzgó y que hoy hará pública su sentencia. Cinco de esos asesinatos frustrados fueron cometidos en el bar Batxoki, de Bayona (Francia), y el sexto, en el bar La Consolation, de San Juan de Luz. Las condenas impuestas a los policías, que superan los 100 años de prisión para cada uno, quedarán reducidas automáticamente a 30 años de cárcel, tiempo máximo de cumplimiento en prisión que prevé la legislación.
La Audiencia Nacional ha condenado a cada uno de los policías a 17 años, cuatro meses y un día por cada uno de los seis delitos de asesinato frustrados, lo que totaliza penas que ascienden a 104 años de cárcel. Según la regla segunda del artículo 70 del Código Penal, el tiempo máximo de cumplimiento en prisión no podrá exceder de los 30 años, y de ellos habrá que descontar los beneficios penitenciarios. Los dos policías fueron encarcelados el 13 de julio de 1988, por lo que llevan en prisión tres años y dos meses.Además de la citada condena, sobre Amedo y Domínguez también recaen penas menores por los delitos de asociación ilícita y de falsedad de: documentos de identidad. El tribunal ha preferido la tipificación del delito de asociación ilícita al de integración en la banda terrorista, lo que equivale a dar por buena la tesis del Ministerio del Interior de que los GAL más que terroristas eran "grupos de delincuentes inconexos entre sí".
La sentencia absuelve al Estado-como responsable civil subsidiario de las indemnizaciones a las víctimas de los GAL. Según una fuente que: tuvo acceso a la sentencia, "en definitiva, el tema se reconduce a la famosa X del juez Garzón, en la que queda por dilucidar la incógnita de quiénes fueron los jefes; superiores de los policías en el caso GAL".
Los policías quedan absueltos del asesinato del prófugo vasco Juan Carlos García Goena, muerto en julio de 1987 en Hendaya al hacer explosión un artefacto colocado en su vehículo. Éste el único asesinato consumado que se imputaba a Amedo y Domínguez y fue el último atentado del que se responsabilizaron los GAL.
Con este fallo, el tribunal presidido por José Antonio Giménez Alfaro Giralt e integrado por los magistrados Juan Antonio Marañon Chávarri y Agustín Lobejón -éste último, ponente de la sentencia-, se ha inclinado por una condena acorde a la solicitada por el Ministerio Fiscal, que pidió 18 años de prisión para Amedo y 17 años, cuatro meses y un día para Domínguez por cada uno de los seis delitos de asesinato frustrado.
El conjunto de penas impuestas también se sitúa en la línea de lo solicitado por el fiscal José Leopoldo Aranda. La acción popular, integrada por los abogados Fernando Salas y José Galán, solicitó un total de 210 años. Los representantes de las víctimas, los letrados Miguel Castells y Javier Calderón elevaron la petición de penas por encima de los 230 años.
El tribunal se ha decidido por el asesinato frustrado en lugar del delito de homicidio, hipótesis manejada en las últimas semanas. Si se hubiera definido por esta segunda opción -ya califiicada como "aberrante" por expertos juristas-, la condena efectiva se hubiera situado entre los 18 y los 24 años de prisión, ya que por cada homicidio frustrado los agentes hubieran sido condenados a penas de entre 6 y 8 años, pero sólo se hubiera aplicado el triplo de la pena más grave.
Contacto en Lisboa
El tribunal considera probado que José Amedo y Michel Domínguez se trasladaron a Lisboa, donde entraron en contacto con los portugueses José Paulo Figueiredo Fontes, Rogerio Carvalho da Silva, Marlo Correla da Cunha y Antonio Jorge Ferreira Cisneros, a los que convencieron para atentar contra refugiados vascos en el sur de Francia a cambio de determinadas sumas de dinero. En el atentado del bar Batxoki, cometido en febrero de 1986, resultaron heridas cinco personas, entre ellas una niña de cuatro años.
En el atentado al bar La Consolation, registrado una semana después y también cometido por dos de los mercenarios portugueses, sufrió heridas de gravedad el supuesto etarra Juan Ramón Basáñez.
La sentencia del caso Amedo será leída esta mañana íntegramente en la sala blindada de la Audiencia Nacional, donde se celebró el juicio. Los dos procesados presenciarán la lectura, ya que el tribunal ha accedido a una petición formulada en este sentido por su abogado defensor, Gonzalo Casado.
Los letrados de la acusación particular Miguel Castells y Javier Calderón anunciaron ayer que no asistirán a la lectura y convocarán una rueda de prensa explicando sus motivos. El letrado de la acción popular José Luis Galán asistirá cuando finalice un juicio en el que interviene.
La sala estará abarrotada por los periodistas de más de 60 medios informativos que se han acreditado para el acto. La lectura en audiencia pública de los 170 folios de la sentencia se iniciará a las 10 de la mañana, y está prevista una duración superior a las cinco horas.
El defensor temía una sentencia dura
Gonzalo Casado, abogado defensor de los policías José Amedo y Michel Domínguez, ha preparado a sus clientes para que afronten una sentencia superior a los 100 años de cárcel para cada uno. "Ellos esperan tranquilos", dijo ayer el letrado. La frustración se produjo ya el pasado mes de julio, tras la conclusión del juicio, cuando el tribunal no dictó la orden de excarcelación de los agentes que hubiera supuesto la absolución o una condena inferior a los tres años, agregó el abogado.Al concluir la vista, Amedo y Domínguez veían el futuro con optimismo. Tanto es así, que el segundo había planeado sus vacaciones veraniegas en compañía de su familia. La conclusión de las deliberaciones del tribunal sin que acordase su puesta en libertad supuso un duro golpe para la moral de los agentes que, sin embargo, no perdieron la esperanza de una condena por delitos de homicidio, con lo que el periodo de cárcel a cumplir hubiera sido de 18 a 24 años. Entre los familiares, únicamente la esposa de Amedo estaba convencida de que los policías iban a ser condenados a más de 100 años.
Amedo y Domínguez, quienes han pedido estar presentes hoy en la lectura de la sentencia, tendrán que escuchar la condena en silencio, puesto que durante el acto no está permitida ninguna intervención de los acusados.
La nueva esperanza de los dos policías radica en que el Tribunal Supremo tramite lo más pronto posible los recursos de casación que se presentarán contra el fallo, y se opte posteriormente a un indulto.
En la actualidad la tramitación de los recursos de las causas con preso en la Sala Segunda del Tribunal Supremo oscila entre los 10 meses y un año. Trascurrido ese plazo, la sentencia -caso de que fuera confirmada- sería ya firme, incluso si se recurriera en amparo al Tribunal Constitucional, por lo que quedaría libre la vía de solicitar al Gobierno el indulto particular para Amedo y Domínguez. Esta posibilidad no resulta descabellada, toda vez que el ex ministro del Interior José Barrionuevo ya ha declarado en repetidas ocasiones que la situación de los dos policías es legal, pero no justa.
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