_
_
_
_
_
Entrevista:

"El islam puede tener una relectura que concuerde con la democracia"

Mohamed Charfi, de 53 años de edad, es desde hace dos ministro de Educación en Túnez. Vinculado a la Liga Tunecina de Derechos Humanos, entre 1981 y 1989, y comprometido con la instauración de la democracia en su país, Charfi asegura "que el islam puede ser objeto de una relectura que concuerde con la democracia, con los derechos humanos, con la igualdad de los sexos y de los ciudadanos".

Mohamed Charfi participó en 1987 en la operación política que desembocó con la jubilación de Habib Burguiba y el ascenso a la presidencia del ex ministro del Interior Zine Ben Alí. Hoy, ironiza sobre su destino y comparte plenamente la teoría según la cual en las épocas de transición, como las que vive el Magreb, los responsables de la enseñanza están condenados morir en la hoguera de la intransigencia.Pregunta: Desde hace dos años su ministerio está empeñado en una reforma educativa. ¿Podría definir las líneas generales de esta nueva política?

Respuesta: Después de la índependencia nuestro país inició una operación educativa en la que se privilegió la cantidad sobre la calidad. Pero ahora se trata de recuperar la calidad y modificar los planes de estudio, teniendo en cuenta que hay que formar a un tunecino que vivirá en el siglo XXI y que hay que impregnarlo de espíritu democrático, de acuerdo con los derechos humanos y también con el islam.

P. En estos planes de reforma educativa se contempla la arabización de la enseñanza, con lo comporta inevitablemente abordar el problema del bilingüismo. ¿Como ve y se resuelve esta cuestión?

R. Somos un país árabe y ésta es nuestra lengua. No somos un país bilingüe. Pero necesitamos una lengua extranjera para comunicarnos con el mundo, para acceder a la cultura universal. Por razones históricas nuestro país ha escogido la lengua francesa. Pero intentamos abrir otras ventanas. En nuestro bachillerato enseñamos como segunda lengua obligatoria además del francés el inglés, el español, el italiano o el alemán.

P. Se asegura que su programa educacional significa una marcha atrás con respecto a la política de arabización iniciada por el ministro Mohamed Mzali, en los años sesenta.

R. Nuestra política de arabización no significa una marcha atrás con respecto a las etapas anteriores. No enseñamos menos árabe que en el pasado. Enseñamos la misma cantidad pero con mejor calidad. Tenemos un programa de arabización paulatino. En tres o cuatro años todas las materias del bachillerato se darán en árabe. Después abordaremos el tema de la arabización en la universidad.

P. La universidad tunecina vive una situación de permanente tensión. El sindicato Unión General Tunecina de Estudiantes (UGTE), la organización mayoritaria próxima al movimiento islamista radical Ennahda, acaba de ser suspendida al haberse encontrado armas en sus locales y la semana pasada dos estudiantes murieron en un enfrentamiento con la policía. ¿Qué pasa en la universidad?

R. Los integristas han declarado la guerra al Gobierno e impiden que la universidad funcione con normalidad. Hacen huelga aduciendo motivos políticos, olvidándose que la huelga es un invento de la clase trabajadora para reclamar mejoras laborales o salariales. Sólo sería lógico y estaría justificada la convocatoria de la huelga en la universidad si la escolarización fuera muy pobre o deficiente. Pero en cualquier caso no se puede imponer la huelga por la violencia o por la fuerza. La universidad es un medio de promoción social de la clase menos favorecida. De la universidad tienen que salir los futuros dirigentes del país.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_