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Georgia para los georgianos

Zviad Gamsajurdia, presidente de la república soviética, pide soluciones quirúrgicas para resolver los problemas nacionalistas

Pilar Bonet

El presidente de Georgia, tiene soluciones contundentes para los problemas nacionales que afectan a centenares de miles de personas de tres minorías étnicas y culturales de esta república soviética: deportar a los osetios a Rusia, recortar el territorio de los abjasos y abolir la autonomía de los habitantes de Adzharia. "La población autóctona debe ser la principal, y no debe existir autonomía de otros pueblos", ha manifestado el líder independentista georgiano en una entrevista con EL PAÍS.

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Gamsajurdia, que obtuvo un multitudinario apoyo en las elecciones, encarna unas aspiraciones nacionalistas sin sutilezas que prescinden de los posibles efectos sobre la frágil convivencia entre las múltiples etnias del Cáucaso.Mientras aguardaba ser recibida en la antesala de su despacho oficial, podía contemplar un mapa de la Gran Georgia editado en 1991. En él, las fronteras de Georgia abarcan territorios que hoy son de Turquía, de la Federación Rusa, de Armenia y de Azerbaiyán, es decir, de todos los vecinos de la Georgia actual. El mapa estaba sobre la mesa de la antesala y se vende en los quioscos de Tbilisi.

Gamsajurdia envió a principios de enero destacamentos de poli cía a Tsjinvali para desarmar, según dice, a quienes en diciembre habían asesinado a tres funcionarios de la policía georgiana en plena calle. Posteriormente, los policías y los combatientes armados georgianos se retiraron a las afueras de la ciudad, porque no podían hacer frente a los soldados del Ejército soviético, que, según el presidente, "ayudan" a los osetios.

El Kremlin y la sangre

"Mientras exista el Kremlin y en el Kremlin esté el Gobierno soviético, siempre habrá sangre", opina Gamsajurdia, que califica de "provocación" la declaración de cambio de status efectuada por Osetia del Sur, que, de ser una región autónoma integrada en Georgia, se proclamó república soviética integrada en la URSS. El Kremlin, opina Gamsajurdia, "se dedica a provocar para poder agredir a nuestro pueblo y castigarlo ahora gue va hacia la independencia". "Esta es nuestra patria, nuestra tierra, y los osetios declararon aquí una república propia. Es como si los moros fueran a España y declararan allí una república árabe"."¿Quiere decir que ésta es la patria de los georgianos, pero. no la patria de los osetios?", le preguntamos. "Pues claro. Son una minoría nacional"., responde el presidente.

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"Pero viven en Osetia del Sur desde hace mucho tiempo ...", nos aventuramos a decir, recordando que los osetios afirman descender de renictos pobladores del Cáucaso.

"No, ¡qué va!", responde el presidente sacando unos mapas en los que Tsjinvali aparece como una zona de población georgiana. "En Tsjinvali", afirma, "los osetios viven sólo desde el siglo XV". "Deben volver a Osetia del Norte. Ésta es la única solución. Y los otros (los osetios que se queden en Georgia) deben vivir tranquilamente y no ser agresivos".

El presidente afirma que "en ningún caso se restablecerá la autonomía (osetia)", abolida por el Parlamento georgiano y un "delito contra Georgia".

Como herencia de la política de nacionalidades de Josef Stalin, Georgia, además de la.región autónoma de Osetia del Sur, cuenta con dos repúblicas aut -nomas, la de Abjasia y la de Adzharia, fundadas ambas en 1921. En el total de 5,4 millones de habitantes de Georgia, los osetios (164.055 personas) constituyen un 3%, y los abijasos (95.853 personas), el 1,7%.

"Extremistas y bandidos"

Para resolver el problema de Osetia, opina Gamsajurdia, "hay que arrestar a los delincuentes y a las bandas, desarmarlos y restablecer la paz, para que estos extremistas y bandidos no se dediquen a cometer delitos".En Tsjinvali, he visto cómo la gente se muere de frío. ¿Qué hace el presidente para acabar con la huelga del denominado Sindicato Independiente de los Trabajadores de la Energía de Georgia que estrangula a Osetia del Sur?

"¿Qué voy a hacer?'Exigenque arreste a los bandidos, pero yo no puedo arrestarlos a todos. Han llegado las tropas soviéticas que les defienden. Yo no puedo echar a las tropas de aquí".

Ganisajurdia insiste en que los empleados del servicio energético se niegan a trabajar hasta que no detenga y desarme "a todos esos". "No puedo fusilar a los huelguistas, ni detenerles. No atienden a razones. No nos comparen con un país occidental. Estamos en manos del Kremlin, y tenemos soldados del Krerrilin que nos provocan".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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