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Dos ministros apoyan a Leguina en un acto que pone fin a la guerra del PSOE en Madrid

Anabel Díez

Joaquín Almunia, ministro para las Administraciones Públicas, y José Barrionuevo, titular de Transportes, así como altos cargos de la Administración, avalaron ayer el preacuerdo alcanzado entre el actual secretario general de la FSM, Joaquín Leguina, con el sector guerrista de Madrid, que puede llevar la pacificación a esa organización. El ministro de Educación, Javier Solana, y el ex ministro José María Maravall faltaron ayer a un acto en Madrid al que acudieron los seguidores de Leguina, en una segunda edición del acto del hotel Chamartín del pasado 11 de septiembre.

El ambiente de ayer, no obstante, era muy diferente al que reinó en esa reunión de Chamartín que se interpretó como un acto de adhesión a Joaquín Leguina para que continuara al frente de la secretaría general de la FSM y por elevación un acto contra el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, en los prolegómenos del 32 congreso federal.Los ministros y altos cargos de la Administración que acudieron ayer a este acto en la casa de la Cultura de un popular barrio de Madrid no hicieron sino avalar el preacuerdo al que había llegado Joaquín Leguina en el conflicto con el sector guerrista de la organización madrileña encabezada por el aspirante a la secretaría general, Teófilo Serrano.

Joaquín Almunia y José Barrionuevo no tuvieron inconveniente en aparecer ayer en ese acto así como José Borrell, secretario de Estado de Hacienda, Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario de Estado de Educación y varios consejeros de la comunidad de Madrid como Elena Vázquez y Pedro Sabando. Los ausentes más destacados del acto de ayer, al que acudieron unas 500 personas, fueron el ministro de Educación, Javier Solana y el ex ministro José María Maravall.

En torno a la ausencia de Solana se creó cierta confusión toda vez que portavoces oficiosos de la FSM aseguraron que el ministro había telefoneado manifestando su imposibilidad de ir al acto al haber sido llamado al Palacio de la Moncloa para entrevistarse con el presidente del Gobierno, Felipe González. El ministro de Educación desmintió tajantemente tal extremo asegurando que había estado ocupado toda la mañana pero no en La Moncloa ni con el presidente. Personas del entorno del ministro se preguntaron si quizá la transmisión de esa información no obedecía al interés de algunas personas de la organización madrileña de causarle algún problema como "castigo" por no haber acudido al acto.

La presencia de Solana, así como la de los otros ministros, en el acto de Chamartín del pasado mes de septiembre fue acogida con evidente malestar por el aparato del PSOE al considerar que miembros del Gobierno no debían participar en las controversias partidistas. Desde ese momento el aparato del PSOE manifestó el firme propósito de impedir que estos ministros estuvieran en la comisión ejecutiva federal que saliera del 32 congreso, como así ocurrió.

El ministro de Transportes, José Barrionuevo, preguntado sobre las consecuencias de la salida de Alfonso Guerra del gobierno, dijo: "Habrá modificaciones en las relaciones entre partido y Gobierno que hasta ahora habían funcionado bien".

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Los problemas en la FSM cuyo congreso se celebra el próximo fin de semana, estarán en la lista para la ejecutiva y el comité regional toda vez que la lucha durante meses entre los seguidores de Acosta y Leguina ha deteriorado notablemente las relaciones entre los segundos niveles" a pesar de que las cúpulas hayan llegado a un principio de acuerdo.

Por su parte, Izquierda Socialista, decidirá el próximo miércoles en asamblea si acepta la oferta del candidato a la secretaría general, Teófilo Serrano, de ocupar puestos en la dirección del partido.

Joaquín Leguina y Juan Barranco serán candidatos a la comunidad y al ayuntamiento respectivamente, lo que resultaba impensable para el primero hace tres meses. "Vamos a pasar a la cultura del diálogo frente a la de mayorías y minorías", dijo Joaquín Leguina.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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