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Felipe González desautoriza la tesis de Guerra de promover una "Iey de hierro" de los beneficios

El presidente del Gobierno, Felipe González, desautorizó ayer en un tono que traslucía enojo la afirmación del vicepresidente, Alfonso Guerra, de que quizá ha llegado el momento de "pensar en una ley de hierro para los beneficios empresariales". El líder socialista aseguró en Roma no haber entendido esa expresión de Guerra, por lo que interpretó que se trata de "una figura literaria". Mientras Guerra matizaba que sólo había realizado una reflexión teórica, el ministro de Economía, Carlos Solchaga, aseguró que nunca propondrá al Gobierno una ley que imponga limitar los beneficios empresariales.

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Ésta es la primera vez que el presidente del Gobierno proclama en público "no haber entendido" una propuesta de su vicepresidente y además en unos términos que dejan entrever una clara desautorización. Quizá preocupado por el riesgo de que esa opinión personal de Guerra fuese interpretada por la sociedad española como expresión de una decisión gubernamental, González se aprestó a advertir que en modo alguno refleja un acuerdo del Ejecutivo. "Será una figura literaria [el pensar en una ley de hierro de los beneficios empresariales], ya que obviamente no se refiere a un proyecto de ley", resaltó el presidente, según informan Ignacio Cembrero y Félix Monteira.

González restó, de este modo, trascendencia económica a la reflexión del vicepresidente, pero a la vez apuntó de forma expresa la contradicción entre el trasfondo del comentario de Guerra y el hecho de que "no hay ningún sistema legal de control de beneficios en ningún país de economía de mercado". Pese al desconocimiento que adujo del comentario exacto de Guerra, el presidente advirtió que en la reunión del Consejo Europeo a la que él estaba asistiendo se había trabajado para promover medidas liberalizadoras.

Matizaciones de Guerra

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El vicesecretario general del PSOE había afirmado el pasado viernes en la inauguración de un seminario sobre Socialismo y Economía, que se celebra en Sevilla, que "es el Estado y no el mercado el que debe asegurar la estabilidad de los precios". Al hilo de esa tesis, Guerra proclamó que "hay que ir contra algunas creencias que ponen sólo el acento en limitar los salarios y no los beneficios; quizá ha llegado el momento de pensar en una ley de hierro para los beneficios, al igual que existe para los salarios".

Si bien una exposición así sugería que su autor estaba, apuntando a medidas políticas concretas, ya que incluía referencias temporales, el vicepresidente matizó ayer que se trataba de una reflexión teórica, poco después de que el presidente declarase no haberle entendido. Alfonso Guerra argumentó que se ha extraído del contexto de una conferencia de hora y media de duración una expresión que, además, él pretendía relacionar con la que en el siglo XIX utilizó el economista David Ricardo de la ley de bronce de los salarios.

En la segunda jornada del seminario sobre Socialismo y Economía, el vicesecretario general del PSOE pidió que no se buscasen "tres, cinco u ocho pies al gato" respecto a lo que dijo en su discurso del viernes porque, insistió, no lo hizo desde una perspectiva de Gobierno, ni de partído, sino de un debate teórico, informa desde Sevilla Anabel Díez.Visiblemente contrariado por la confrontación con Felipe González a la que se ha encontrado expuesto, el vicepresidente arremetió contra los periodistas que interrogaron en Roma al presidente sobre la creación de una "ley de hierro para limitar los beneficios". "Quien preguntara eso, es que quería buscar contradicciones entre el presidente y el vicepresidente", espetó. Lejos de criticar las tesis de Solchaga, Guerra alabó la política económica del Gobierno, que causa "admiración" en otros países, según dijo, y que sintetizó en la corrección "ajustada y acertada" de los desequilibrios.Respaldo a Solchaga

Carlos Solchaga fue precisamente respaldado ayer por Felipe González ante la moción de reprobación al ministro de Economía que el Grupo Parlamentario Popular presentará en el pleno del Congreso de los Diputados el próximo martes. El líder socialista comentó, en un tono relajado, que se trata de "una licencia parlamentaria" que no va a criticar, si bien ironizó acerca de que también el Grupo Parlamentario Socialista "podría reprobar a un portavoz de otro grupo".

El presidente del Gobierno abundó en la misma línea de ironía al recordar que Solchaga "respondió con bastante acierto cuando dijo que el grupo que la presente [la reprobación] al menos se asegure de que su propio grupo lo apoya". Para redondear los comentarios humorísticos sobre el Partido Popular, Felipe González citó un chascarrillo de su amigo Juan Alarcón sobre los dirigentes conservadores, que apreció como especialmente oportuno en fechas navideñas: "Son inoportunos hasta para regalar un pavo".

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