Los presuntos asesinos de Borja Villacís fueron detenidos cuando cambiaban de escondite
Kevin y su compinche estaban ubicados en una casa okupa de Toledo desde el día anterior. El supuesto motivo de la disputa estaba relacionado con un coche
Kevin Pastor, de 24 años, y su compinche de tropelías fueron detenidos este miércoles, 24 horas después de, presuntamente, matar a Borja Villacís, cuando trataban de cambiar de escondite. Desde que bajaron del BMW gris en el que le descerrajaron dos tiros a quemarropa, junto a la transitada carretera de Fuencarral en Madrid, hasta que han sido detenidos en una casa okupa en Yuncos (Toledo), los dos sospechosos sentían la presión de saberse los hombres más buscados. La casa de Toledo era el lugar de residencia habitual del cómplice, mientras que Kevin, presunto autor de los disparos, vivía en un barrio de la zona sur de la capital.
El supuesto autor material era consciente de que la policía lo tenía plenamente identificado. Kevin estaba desde hace tiempo en el radar de la Guardia Civil de Toledo, que lo centró a las pocas horas de su mortal actuación. En el momento en el que trataban de cambiar de ubicación, decenas de efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil les esperaban en las inmediaciones de su escondrijo. Los GEO (Grupo Especial de Operaciones) de la Policía Nacional detuvieron a Kevin y la Guardia Civil, a su compinche. Ambos huían del lugar en sendos vehículos cuando fueron interceptados en plena calle. Kevin trató de escapar, pero fue inútil. Ese era el final de una escapada que comenzó a pie y campo a través un día antes. El Grupo V de Homicidios, responsable de la investigación, considera a Kevin autor material de los disparos que acabaron con la vida del hermano pequeño de Begoña Villacís, mientras que investiga el papel del otro detenido en el crimen.
Esta doble detención pone fin a 24 horas frenéticas que pasaron de la incredulidad al conocer que la víctima era hermano de la exvicealcaldesa de Madrid, a la perplejidad de ver a los presuntos homicidas cambiando las matrículas de su vehículo en un vídeo viral. 24 horas en las que la policía ha dado respuesta a las preguntas fundamentales sobre qué pasó en el kilómetro 6 de la carretera M-612.
La versión que mantienen los involucrados en ese encuentro mortal que protagonizaron el grupo de Kevin y el de Borja el pasado martes en la carretera de El Pardo es que mantenían una disputa por una deuda de un coche. Ese día habían quedado para aclarar las cosas de un modo u otro, pero en la mente del grupo de Kevin eso pasaba por ir armados con un rifle de caza y una escopeta. El supuesto homicida se había dedicado al robo de vehículos de alta gama y al troquelado de matrículas, tal y como hicieron en un descampado tras cometer el crimen, ante los ojos y las cámaras de los móviles de los empleados de un hotel próximo al lugar de los hechos que grabaron toda la operación. La declaración de los implicados y esta circunstancia hacen que cobre fuerza la hipótesis de que sea la disputa por un vehículo ilícito lo que pueda estar detrás de este turbio asunto. La investigación tendrá que confirmarlo. La policía mantiene activa la hipótesis del narcotráfico.
A esa cita, a medio día del martes, acudió Borja con otro amigo en un coche Citroen C3 y un tercer hombre con ellos, pero en otro vehículo. Iban a encontrarse con Kevin, que fue con su madre al volante de un BMW recién alquilado en un renting de la estación de Atocha, y un tercer ocupante. Un intercambio verbal en un parking acabó en una persecución y posteriormente en una emboscada con los vehículos cruzados en la carretera. Presuntamente, Kevin se bajó del coche y le descerrajó dos tiros a Borja, uno de ellos en la cabeza, cuando intentaba huir. El amigo que iba con él en el coche recibió un perdigonazo en la cabeza que le provocó heridas leves. El ocupante del otro vehículo salió ileso y fue quien se lo llevó al hospital.
El móvil que explica este violento crimen se terminará de aclarar próximamente, pero son numerosas las pruebas que los presuntos autores e implicados han ido dejando en su camino y que atraen toda la atención de los investigadores para atribuirles su responsabilidad en los hechos. En su poder tienen las armas, de las que se deshicieron los autores, abandonándolas precipitadamente detrás de unos arbustos junto a la carretera. Lo hicieron casi a la vez que cambiaban las matrículas de su BMW, en el que posteriormente huiría sola su conductora, la madre de Kevin, y este y su compinche pusieran pies en polvorosa campo a través. Los videos registrados por los empleados de las oficinas próximas son una prueba crucial, y también lo han sido para localizarles. Los restos biológicos recogidos por la Policía Científica en el lugar de los hechos y en los vehículos utilizados son también una potencial prueba de cargo. Y por último, el contenido de los móviles de todos los implicados y sus posicionamientos registrados por las antenas de telefonía terminarán de definir su recorrido.
La investigación aún tiene que responder interrogantes, como qué relación previa tenían víctimas y detenidos y si los dos fugitivos recibieron ayuda para escapar hasta Toledo. En el operativo de este miércoles, las fuerzas de seguridad detuvieron a un tercer individuo que parecía dedicarse a la vigilancia de la casa okupa en la que se refugiaban los dos prófugos, pero se le dejó en libertad al comprobar que no tenía relación alguna con el crimen.
También es una incógnita el papel que jugaba la madre de Kevin, con antecedentes por lesiones, en la actividad delincuencial de su hijo. Hacía mucho que estaba separada del padre de Kevin y vivía en el pueblo toledano de Bargas, rodeada de muchos perros. El padre del detenido es del barrio de Pan Bendito, en el distrito de Carabanchel, y es la zona por la que el presunto homicida solía moverse y tenía también negocios ilegales, según fuentes policiales.
También su hoja policial estaba repleta de detenciones y ya había sido condenado cuando era menor por una agresión con tintes de extrema derecha a un chico. Esta es una característica que unía a víctima y presunto asesino, su relación con el mundo ultra y la ideología fascista. También Borja Villacís, miembro de Ultrasur, había sido condenado cuando era muy joven, en 2004, por agredir en el metro a dos chicos que defendieron a una joven negra de sus insultos racistas.
La madre de Kevin, que fue la primera detenida, a las pocas horas del suceso, en un lavadero de coches próximo a la Plaza Elíptica, es probable que pase este jueves a disposición judicial y se prevé que en el caso de los otros dos detenidos, los agentes agoten las 72 horas de retención que permite la ley para hacer todas las diligencias necesarias antes de llevarlos ante el juez.
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