El Ayuntamiento derriba la granja polémica de Vallecas que había sido denunciada por ilegal
Varios agentes municipales de la Junta de Vallecas Villa derribaron el miércoles la granja porcina de Juan José Escribano Cabello, situada en la zona conocida como la Cañada Real, junto al vertedero de Valdemingómez. El Ayuntamiento poseía desde el 30 de agosto del pasado año una orden judicial por la que podía desalojar y clausurar la granja clandestina. Sobre el derribo, el propietario de la explotación asegura que no ha recibido ninguna explicación.
Juan José Escribano contempló con desesperación los trabajos de la excavadora, que se trasladó a la granja a la diez de la mañana. Los agentes municipales derribaron la nave de su parcela con todo el material y los animales que había dentro. La mayoría de los cerdos huyó despavorida del lugar. Algunos quedaron vivos, asombrosamente, debajo de los cascotes.Escribano, de 28 años, es un trabajador en paro que vive de las chapuzas que realiza y de la venta de material de construcción, vecino del Pozo del Huevo y antiguo presidente de la asociación de vecinos y colectivo de la Cañada Real de las Merinas, zona en la que desde hace 11 años es propietario de la parcela número 20, aunque, como él mismo reconoce, no de una forma legal, sino por ocupación, como sucede con el resto de sus vecinos.
El Ayuntamiento de Madrid emprendió hace ya tiempo su lucha contra el mantenimiento de esta granja de 200 cerdos, por no contar con el permiso municipal y por no cumplir las normas exigidas contra la peste porcina africana.
Precintado de la nave
Por tales razones, el Juzgado de Instrucción número 2 dictó el 30 de agosto una orden por la cual autorizaba la entrada en la nave industrial de Juan José Escribano a funcionarios del Ayuntamiento de Madrid "al objeto de proceder al desalojo de cuantos ocupantes pudieran encontrarse en la edificación y a la retirada para su depósito en el Almacén de la Villa, y a disposición de su titular, de los elementos industriales que pudieran existir, así como proceder a la clausura y precintado de la mencionada nave industrial".El domingo día 28 de octubre, Leandro Crespo, concejal socialista y anterior responsable de Sanidad en el Ayuntamiento de Madrid, denunciaba en la prensa la clandestinidad de la granja, aseguraba que los cerdos eran alimentados con residuos procedentes de Mercamadrid y de hoteles y restaurantes y daba a conocer la aparición de varios cerdos muertos en tina fosa cercana.
Al día siguiente, la Policía Municipal de la Junta de Vallecas Villa, distrito al que pertenece la granja, entregó al padre de Escribano una orden que autorizaba el derribo de la nave y conminaba al propietario a desalojarla antes del miércoles día 31. Al recibir la orden por la noche, Escribano se queja de que sólo dispuso del día 30 para evitar el derribo. Se puso en contacto con la sección de UGT de pequeños agricultores, que intentó sin resultado comunicar con la concejal de la junta, Elena Utrilla.
Una venganza
El miércoles, varias dotaciones policiales y una excavadora se personaron en la Cañada Real, y los agentes municipales, ante la negativa de Escribano a facilitar la labor, forzaron la puerta y comenzaron el derribo, desoyendo la petición de Escribano de sacar previamente los enseres y los animales.Escribano no se explica la celeridad con la que ahora ha actuado el Ayuntamiento, que, como él asegura, conocía la ilegalidad de su situación, compartida, por otra parte, por otras naves de la misma zona. Escribano considera que se trata de una venganza por su pasado activismo en Entrevías y en el Pozo del Huevo. Fue incluso presidente de la asociación de vecinos de la Cañada Real. Consultada la Concejalía de Sanidad del Ayuntamiento sobre el derribo, ha remitido el tema a la Junta Municipal de Vallecas corno responsable del mismo, donde este periódico no halló contestación.
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