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LA CRISIS DEL GOLFO

Víctimas de su propia propaganda

Cuando se escucha a los funcionarios iraquíes uno cree que Estados Unidos ha maniobrado de tal manera,que es víctima de su propia maraña tejida en torno a la crisis del Golfo. Si Washington inicia la guerra contra Irak, EE UU quedará involucrado en un conflicto de características similares al de Vietnam, y la alianza internacional con George Bush se resentiría, dicen.Si el presidente norteamericano desea someter a Irak, los países afectados por el embargo romperán el aislamiento, mientras el sentimiento antinorteamericano del mundo árabe crecerá cada día que las tropas de Estados Unidos permanecen en suelo árabe. "En cualquier caso, Washington perderá. El tiempo juega a nuestro favor".

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Los puntos de vista en Estados Unidos son, claro es, distintos. Cuando un visitante llega a la capital iraquí procedente de Washington tiene la impresión de que los funcionarios de uno y otro país están hablando de dos conflictos diferentes.

Conforme a lo que te explican en Washington, el tiempo trabaja a favor de los norteamericanos, porque el embargo surte efecto y aumenta de día en día, con lo cual la industria y el complejo militar iraquí sufren daños vitales.

En el caso de que se desencadenara la guerra, según la versión de Washington, la victoria está asegurada para Estados Unidos dada su gran superioridad tecnológica en armanento. Sus bombarderos y aviones de caza dominarían el espacio aéreo de la contienda, así como las instalaciones industriales y militares.

Los misiles de crucero lanzados desde los buques norteamericanos destrozarían los centros de control, iraquíes de comandos y tecnología.

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Los helicópteros de combate Apache y los aviones A-10 convertirían en chatarra los carros soviéticos como si fueran de juguete.

Las fuerzas terrestres norteamericanas, equipadas con rayos infrarrojos, pueden hacerse con las posiciones iraquíes y causar numerosas bajas durante un ataque nocturno por sorpresa.

Ganar y perder

Sin embargo, los historiadores militares aseguran que la superioridad tecnológica no es garantía de éxito, ni la superioridad en bombarderos ha determinado ganar una guerra.

En Vietnam, Estados Unidos empleó de manera masiva los bombarderos B-52 para cortar las carreteras, y no les sirvió de nada.

"Un aspecto importante en esta crisis", dice un diplomático europeo en Bagdad, "es que ambas partes, Estados Unidos e Irak, han comenzado a creerse su propaganda, lo que cierra las puertas a una solución negociada".

Desde la Invasión, los arabistas de Washington y los asesores íraquíes educados en Estados Unidos apenas si han sido consultados por sus respectivos ministerios de Asuntos Exteriores.

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