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España seguirá ayudando a Nicaragua

España seguirá ayudando a Nicaragua, pese al cambio de régimen que supone la derrota del sandinismo en las urnas el pasado 25 de febrero y la llegada al poder de la coalición conservadora UNO. Cuando esta mañana una venerable dama con muletas de 60 años de edad, Violeta Barrios de Chamorro, asuma la presidencia, para el Gobierno de Felipe González -que se caracterizó en los últimos tiempos por una clara apuesta por su predecesor, Daniel Ortega- no habrá cambiado oficialmente nada. El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, lleva a la nuevajefa de Estado un claro mensaje de apoyo a la paz, la libertad y el progreso en el país centroamericano, que será ratificado con una visita del rey Juan Carlos el próximo mes de julio.Fernández Ordóñez inició en la mañana de ayer (mediada la tarde en España) una larga ronda de conversaciones que incluía a Ortega, Chamorro, los probables responsables de los ministerios claves del Gobierno de ésta y el cardenal arzobispo de Managua, Miguel Obando y Bravo. En su portafollos llevaba tres cartas: una para el presidente saliente, de Felipe González, en la que éste le felicita por la forma ordenada en que se ha desarrollado el relevo de poder, y dos para la presidenta entrante, remitidas por el propio jefe del Ejecutivo y por el Rey.

En esta última, don Juan Carlos muestra su disposición a efectuar una visita de Estado a Nicaragua, cuya fecha más probable sería la segunda quincena de julio. En cuanto a la de González, se expresa en ella, en palabras de Fernández Ordóñez, el "interés porque haya paz, libertad y progreso en Nicaragua" y la disposición a "rnantener la misma política de apoyo que hasta, ahora".

El ministro presentará a Violeta Chamorro algo más que buenas palabras: una propuesta para contribuir a la recuperación económica de un país que en los últimos 10 años ha caído a niveles de desarrollo bolivianos y casi haitianos.

Ayuda inicial

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Esta ayuda, que inicialmente supondrá unos 60 millones de dólares, tendrá su núcleo principal en 41 millones en créditos blandos FAD (Fondos de Ayuda al Desarrollo) y permitirá financiar la compra de autobuses y barcos pesqueros, sistemas de riego, proyectos de retibicación de refugiados víctimas de la guerra y paquetes alimentarios.

Fernández Ordóñez aclara que por el momento la prioridad es expresar a la presidenta la "voluntad institucional de ayudarle" a hacer frente al tremendo reto que supone sacar a Nicaragua de la bancarrota.

Parece evidente que Felipe González intenta superar las reticencias que puedan existir en el nuevo régimen por la actitud de su Gobierno en los últimos tiempos, cuando nadie daba un córdoba (es decir, un ápice) por el triunfo de la oposición conservadora.

González, pese a su ausencia en los actos del relevo de poder, parece decidido a impulsar una presencia activa en Nicaragua e incluso a incrementar la participación en la fuerza de paz de las Naciones Unidas (ONUCA), que dirige el general español Agustín Quesada. El secretario general de la organización internacional sondeó recientemente al Gobierno para conocer cuál sería su actitud si se le solicitara un nuevo contingente. La respuesta fue positiva. Javier Pérez de Cuéllar cuenta con que, si es necesario, se enviaría con la mayor urgencia una compañía de la Guardia Civil, que se uniría a los 49 oficiales del Ejército de Tierra que ya se encuentran en Centroamérica. Ello ocurriría si no bastase con los 700 efectivos que también ha ofrecido Venezuela.

El último compromiso entre los contras (concentrados ahora en territorio nicaragüense) y los responsables del viejo y el nuevo régimen prevé que la desmovilización de la guerrilla antisandinista no se completará hasta el 10 de junio. Y será la ONUCA la que tendrá que ocuparse de las tareas de verificación, recogida de armas, reasentamiento y reinserción de los rebeldes, que ahora exhiben su prepotencia en amplias zonas del país de las que se ha retirado el Ejército sandinista.

La delegación española que viajaba a Managua no escondía su satisfacción y orgullo por el resultado de algunos de los proyectos de cooperación desarrollados últimamente, como el esquema de registro electoral que, con tan sólo 110 microorden adores y un modesto presupuesto de 45 millones de pesetas, "hizo imposible el fraude técnico" en los comicios del 25 de febrero.

Las mismas fuentes aseguraban que en 1989 el importe de la ayuda española ascendió a unos 90 millones de dólares, si bien la mayor parte se refiere a la deuda de Nicaragua, de unos 200 millones de dólares, un tercio de la cual fue condonada ese año.

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